Testimonio de Leonora
Como alguien que ha luchado personalmente con el lesbianismo, soy muy consciente de la tristeza, la confusión y la miseria que puede causar en la vida de una persona.
Hay quienes dicen que la única manera para que las personas con orientación homosexual encuentren la verdadera paz real o la felicidad en su vida, es aceptando su homosexualidad, sumergiéndose completamente en la Terapia Afirmativa Gay y “salir del armario”.
Sin embargo, mi propia experiencia demuestra que esta idea es falsa. He estado recibiendo la terapia reparativa y me he dado cuenta de lo eficaz que ha sido para mí, no solamente porque me alivia enormemente en mi lucha, sino también porque me aporta una profunda paz y felicidad que no había experimentado antes.
Las mejoras que he experimentado han sido tan enormes que voy a hacer todo lo que esté en mi mano para cambiar la opinión de las personas que se oponen enérgicamente a este tipo de terapia.
Pero, ¿por dónde empiezo a dar pasos en este esfuerzo? ¿Qué puedo hacer para tener voz y que mi experiencia sea escuchada y cómo influenciar en la manera de ver y tratar la homosexualidad?
Decidí empezar enviando una carta donde compartía mis puntos de vista y la experiencia de la terapia reparativa, con la Asociación Americana de Psiquiatría (APA). Hasta la fecha, no he recibido ni siquiera una notificación que indique que recibieron mi carta.
A continuación, inicié una búsqueda personal para tratar de llegar de alguna manera a Ellen DeGeneres (comediante, actriz y presentadora de televisión estadounidense), y que a través de mi propio testimonio abriese su mente a la posibilidad de ver la terapia reparativa como alternativa buena y eficaz, y consecuentemente, ésta ocupase un lugar válido.
Ellen “salió del armario” en 1997. Su gesto tuvo una implicación sustancial y una promoción implícita en la Terapia de Afirmación-Gay, como único método de tratamiento saludable y aceptable, y ha influido profundamente en la vida de muchas personas con orientación homosexual no sólo en Estados Unidos, sino en todo el mundo.
El testimonio público de Ellen dio mucha fuerza al movimiento activista gay e impulso político para que la Terapia Reparativa de Cambio se rechazara y la Terapia Afirmativa Gay fuera reconocida por la APA como la única modalidad de tratamiento saludable y aceptable.
Traté de llegar a Ellen a principios de este año escribiendo la historia sobre mi vida y mi experiencia con la homosexualidad y la terapia. Yo había sufrido mucho y ahora tenía la esperanza y posibilidad remota de que recibiese mi carta y la leyese (entre los miles de cartas que recibe). Confiaba en que podría al menos entrar en algún tipo de diálogo con ella a este respecto.
Desafortunadamente, a día de hoy sigo sin recibir respuesta a esa carta.
Entonces decidí intentar llegar a Ellen mediante la publicación de una carta breve y colgarla en los comentarios públicos de su página web. Está es una copia del comentario (post) que publiqué:
“Querida Ellen,
Creo que es usted una persona increíblemente divertida, cariñosa y con un gran talento… me encanta su humor, lo considero genuino… y porque realmente me importa mucho como persona, quiero compartir con usted algunas reflexiones acerca de algo que es muy importante para las dos, al menos eso creo.
Desde que tenía 18 años he experimentado atracción homosexual y he tenido varias relaciones con personas de mismo sexo. Sin embargo, después de un mucho trabajo de investigación y estudio sobre el tema, y también de mucha introspección sincera, he llegado a la conclusión de que la homosexualidad no es normal, natural, ni saludable.
Ya sólo desde un punto de vista biológico, para mí está muy claro. Nuestros cuerpos no fueron “naturalmente diseñados” para tener relaciones sexuales con el mismo sexo.
Quiero decir que si estuviésemos diseñados para tener relaciones sexuales con personas del mismo sexo, nuestro cuerpo ya estaría diseñado así de forma natural. Tal y como es ahora solamente se obtiene artificialmente – es decir, tanto los hombres como las mujeres homosexuales tienen que utilizar “cosas” que prefiero no mencionar para tener relaciones sexuales (pone ejemplos). Siento ser tan explícita, pero tenemos que ser muy honestas, enfrentar la realidad y no pasar por alto la verdad.
El hecho es que nuestro cuerpo tiene un diseño natural que revela su verdadero propósito e intención y en los actos homosexuales obviamente no usámos nuestros cuerpos de la forma para la cual han sido diseñados. Por el contrario, los estamos utilizando de manera artificial y por lo tanto no puede ser normal ni saludable.
Todo lo que hagamos en contra de la naturaleza no puede ser ni correcto ni saludable. Al principio podemos pensar que “no pasa nada” por ir en contra de la naturaleza y que está “bien”, pero como con todo lo que tiene que ver con la naturaleza, cuando se abusa, se ignora y no se respeta siempre se pagan las consecuencias negativas.
Sé que me va a decir que si no es “natural” entonces, ¿qué hace que la persona se sienta atraída sexualmente hacia personas de su mismo sexo? Como resultado de todas mis investigaciones y de los estudios que he realizado (que han sido muchísimos), estoy ahora totalmente convencida de que en realidad la homosexualidad es un daño psicológico y emocional causado durante la primera infancia por influencias familiares y/o sociales, sumado a nuestras reacciones inconscientes (estas dependen en gran medida de nuestra personalidad inherente y del tipo de temperamento que tengamos). Todo esto puede ser tratado con eficacia o por lo menos aliviarse en personas que están dispuestas a obtener ayuda.
He estado recibiendo terapia desde hace ya algún tiempo para superar “daños” emocionales que experimenté durante mi desarrollo en la infancia y adolescencia, que creo fueron los causantes de mi AMS. Con honestidad puedo dar fe de la eficacia de la terapia. Por primera vez en mi vida estoy empezando a sentirme “viva”. Al mismo tiempo, estoy empezando a descubrir mi “verdadero yo”… por fin, y ser la persona que yo estaba destinada a ser…la que era originalmente.
En otras palabras, poco a poco me estoy convirtiendo dentro de mí en lo que mi aspecto físico reflejaba cuando nací. Dicho de otra manera, mi identidad sexual psicológica y emocional está alineándose más y más con la identidad sexual que tenía cuando nací. Las dos realidades van teniendo menos conflictos entre sí y se van haciendo una, es decir, una mujer por dentro y por fuera.
Y lo que es aún más increíble, ahora la atracción homosexual empieza a disminuir y la heterosexual empieza a desarrollarse en mí. Esto es muy liberador y me ha aportado una paz que nunca había experimentado antes.
Con esto no quiero decir que haya sido fácil. Ha habido bastante “cirugía emocional” para llegar a este punto y todavía necesito un poco más. Requiere valentía, determinación y fuerza de voluntad, pero merece la pena por lo mucho que me aporta.
Recomiendo que lo considere. Puede pensar que hasta ahora ha habido grandes momentos en su vida, pero, créame, si se abre a lo que le estoy diciendo y me hace caso lo mejor está por venir”.
Por supuesto, cuando publiqué este comentario en la web de Ellen no tenía ni idea si llegaría a leerlo, pero en cualquier caso les cuento lo que pasó a continuación.
A las 24 horas de haber sido publicado mi comentario, no solo fue retirado de la web de Ellen sino que se prohibió la publicación de comentarios en su web.
Cada vez que intentaba publicar algo, me saltaba un aviso: ¡”No tienes permiso para publicar aquí”! ¡Menuda libertad de expresión, pensé! ¿Dónde está la tolerancia y la aceptación de otros puntos de vista diferentes al suyo? ¿Cómo es que Ellen se le permite hablar abiertamente sobre su experiencia personal con respecto a la homosexualidad, pero a mí no se me permite hablar de la mía y de mis sentimientos sobre ese mismo tema?
Volví a colgar un comentario en la web de Ellen desde otro ordenador, añadiendo la pregunta de por qué habían censurado mi comentario. Volví a recibir otro aviso desde esa web. ¡Mi comentario fue retirado y me lo prohibieron desde un segundo ordenador!
Intente publicarlo cuatro veces añadiendo preguntas sobre su actitud intolerante y discriminatoria hacia mi mensaje, en cada intento mi comentario era sistemáticamente eliminado.
Una semana más tarde lo intenté nuevamente desde mi ordenador. Y he aquí que, por alguna razón, habían levantado la prohibición. Decidí publicar una versión “editada”.
Por la mañana, cuando me registré en la web, no sólo había desaparecido mi comentario sino los comentarios de ¡todas las personas!
¿Cuál fue la razón? No sé, pero aunque mis comentarios han sido silenciados mi búsqueda personal no lo será.
Me he dado cuenta de que la Terapia Reparativa es inmensamente útil y estoy decidida a encontrar de una forma u otra la manera de entrar en el debate público.
Los activistas gays no tienen la última palabra cuando se trata de decidir lo que es eficaz y aceptable en el “tratamiento” de la homosexualidad.
Los que nos hemos beneficiado de la Terapia Reparativa también necesitamos ser escuchados y considerados. La Terapia reparativa funciona para mí y nadie tiene el derecho a negármelo, ni a mí ni a nadie.
Fuente: http://elenalorenzo.com/
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