Este blog rinde honor y alabanza al Dios de nuestra salvación a Jesucristo el Señor.
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lunes, 22 de agosto de 2022

El peligro de no creer en el infierno

Cada vez menos estadounidenses creen en el infierno

Una encuesta reciente realizada por el Pew Forum on Religion & Public Life, de Estados Unidos, señala que el 59% de los norteamericanos no cree ya en el infierno, lo que supone un 12% menos que hace tan sólo siete años. La causa de esta caída de la fe en el infierno sería la globalización, señalan los expertos, que impide cada vez más que las personas vean a aquéllos que no comparten sus mismas creencias religiosas como merecedoras de un castigo eterno. Por Yaiza Martínez.

Una encuesta publicada este verano por el Pew Forum on Religion & Public Life, de Estados Unidos, señala que el 59% de los 35.000 norteamericanos encuestados cree en el infierno como “el lugar donde la gente que ha llevado mala vida y ha muerto sin arrepentirse es eternamente castigada”.

Aunque es un porcentaje muy alto, es menor que el 71% resultante de una encuesta realizada sobre este mismo tema por la Organización Gallup en 2001, explica el Pew Forum en un comunicado. Las encuestas de Gallup se usan frecuentemente en los medios de comunicación norteamericanos como representantes de la opinión pública.

El Pew Forum publica que, en Estados Unidos, el “escepticismo sobre el infierno está creciendo incluso en las iglesias y seminarios evangélicos, bastiones del evangelicalismo más conservador”. Estas iglesias son congregaciones cristianas generalmente protestantes, caracterizadas por un énfasis en la evangelización, una experiencia personal de conversión, y la fe en la Biblia.

La aldea global y el infierno

Según explicó Mike Wittmer, profesor de teología sistemática del Grand Rapids Theological Seminary estadounidense, “en un mundo plural, postmoderno, los estudiantes cada vez tienen más problemas para aceptar que la gente vaya al infierno para siempre porque no creen en lo correcto”.

La pregunta clave, de hecho, sería: “¿podría Dios enviar a alguien al infierno, aún siendo tan bueno como yo, simplemente porque no cree lo mismo que yo?” Según Wittmer, hace 20 años era más fácil creer en el infierno, cuando los misioneros intentaban convertir a gente que vivía en lugares aislados.

Pero hoy día, en la aldea global, muchas personas tienen contacto y buenas relaciones con personas de culturas y creencias distintas, y no pueden comprender cómo Dios iba a enviarlos al infierno sólo por ser diferentes a ellos. Wittmer señala que él ha notado que, en los últimos cinco años, estas ideas han invadido incluso las iglesias más conservadoras.

Por otro lado, la tolerancia hacia la diversidad ha contribuido también a la expansión de la perspectiva de un Dios benevolente que no censura, aseguran los expertos. La creencia en que todos deberíamos tener las mismas oportunidades en esta vida se extiende también a las consideraciones para la otra vida, afirmó Alan Segal, autor del libro «Life After Death: A History of the Afterlife in Western Religion.» El infierno, por tanto, tiende a desaparecer en la creencia popular.

Más creyentes, más temor

La encuesta del Pew Forum demostró que, a pesar de esta tendencia, las personas más creyentes de Estados Unidos siguen creyendo y temiendo el infierno. Es el caso de los protestantes evangélicos, los protestantes afroamericanos y los musulmanes. Por el contrario, una gran mayoría de judíos, budistas e hinduistas (al igual que ateos y agnósticos) señalaron no creer en el infierno.

Y es que el infierno no es sólo un concepto cristiano. También otras religiones y culturas tienen su propia versión de él. Por ejemplo, el Islam prevé el Juicio Final para todos los creyentes, y las referencias al fuego del infierno abundan en el Corán.

En éste se explica que, durante la vida, los ángeles escribanos anotan las acciones de los hombres, y que éstos serán juzgados de acuerdo con esos libros. El puente Sirat, que es delgado como un cabello, deberá ser atravesado por los que se dirijan al Paraíso, y aquél que caiga irá a parar a las llamas del infierno.

En el judaísmo, por otra parte, al menos inicialmente, se creía en el sheol, que es una existencia sombría a la que todos eran enviados tras la muerte. Posteriormente empezó a introducirse la idea de resurrección, siendo el castigo de los pecadores la muerte eterna, es decir, la imposibilidad de resucitar.

Perspectiva europea

Parecería, por tanto, según la encuesta del Pew Forum, que todas estas ideas de castigo tras la muerte por determinadas acciones o por falta de fe van decayendo, al menos en las mentes de los creyentes de diversas religiones de Estados Unidos.

En Europa, el 60% de los romanos católicos confiesa creer en Cristo, pero no en el infierno ni en el paraíso. La Iglesia Católica, según declaraciones recientes del Papa Benedicto XVI, defiende por su parte que “el infierno existe y no está vacío”.

Fuente: https://tendencias21.levante-emv.com/

sábado, 27 de noviembre de 2021

¿Por qué el Infierno tiene que existir?

 ¿De verdad todos queremos ir al Cielo? ¿Al Cielo real?

Por qué el Infierno «tiene que existir» y ser eterno

Nada disgusta más a la mentalidad moderna que la idea del Infierno y su eternidad. Las advertencias de Dios a los hombres sobre la condenación eterna como castigo del pecado sobrevuelan las Sagradas Escrituras de principio a fin, pero esa verdad literalmente ha desaparecido de la predicación católica en los últimos sesenta años

Llegamos hoy al último de los Novísimos: el Infierno. A lo largo de los años he escrito abundantemente sobre esta cuestión, casi siempre en respuesta al rechazo generalizado de la doctrina revelada sobre el Infierno. Contradiciendo a las Escrituras, muchos dan por hecho que el Infierno es un destino improbable para la mayoría. No importa que Jesús haya enseñado justo lo contrario  Mt 7, 13-14 "Entrad por la puerta estrecha. Porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos entran por ellos. ¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y pocos dan con ellos". En la medida de mis posibilidades, he intentando mantener a la gente apegada más a la sobriedad del Evangelio que al wishful thinking [pensamiento desiderativo] de la época moderna. Nadie advirtió sobre el Infierno más que Jesús. De hecho, 21 de las 38 parábolas conducen a advertencias sobre el Infierno y sobre la necesidad de estar preparados para el día del juicio. 

Sin embargo, querría considerar por qué el Infierno tiene que existir. Quienes dudan sobre las enseñanzas bíblicas de Jesús suelen preguntar: si Dios es amor, ¿por qué existe el infierno y por qué es eterno?

El Cielo real y los "cielos" inventados

Existe el Infierno porque Dios respeta nuestra libertad. 

Dios nos ha hecho libres y nuestra libertad es absolutamente necesaria si tenemos que amar. Supongamos que un joven desea que una chica le ame. Supongamos que encuentra una poción mágica para echarle en la bebida. Y ¡zas!, nada más ingerirla... ¡ella le “ama”! ¿Es un amor real? No, es un efecto químico. El amor debe ser entregado libremente. El sí del amor solo tiene sentido si somos libres para decir que no. Dios nos invita a amarle. Tiene que existir el Infierno porque tiene que existir una alternativa real al Cielo. Dios no nos obliga a amarle ni a ir al Cielo con Él.

Pero, un momento: ¿acaso no todo el mundo quiere ir al Cielo?

Sí, pero suele ser un “cielo” tal como ellos lo definen, no el Cielo real. Muchas personas entienden el cielo egocéntricamente: es un lugar donde serán felices según sus propios términos, donde tendrán en abundancia todo aquello que les agrada. El Cielo real es el Reino de Dios en plenitud. Aunque todo el mundo quiere ir a un “cielo” tal como ellos lo definen, no todo el mundo quiere vivir en el Reino de Dios en plenitud.

1. El Reino de Dios es un reino de misericordia y de perdón. 

No todo el mundo quiere mostrar misericordia y perdón. Algunos prefieren la venganza. Otros son partidarios de la justicia más severa. Algunos prefieren aferrarse a su rabia y alimentar resentimiento e intolerancia. Es más, no todo el mundo quiere recibir misericordia y perdón. Posiblemente hay quien no puede explicarse por qué alguien tendría necesidad de perdonarles, ¡dado que son ellos quienes tienen la razón! Recordad al hijo mayor en la Parábola del Hijo Pródigo. En vez de incorporarse a la fiesta como le suplicaba su padre, rechaza entrar porque ese miserable hermano suyo está dentro. Él no piensa perdonar ni amar a su hermano como lo hace el padre. De esta forma, se excluye a sí mismo de la fiesta. A pesar de la súplica de su padre, él no pasará por el perdón y la misericordia. Para él, la fiesta no es en absoluto una fiesta. Del mismo modo, el Cielo no será “cielo” para quienes rechacen la gracia de perdonar y de amar a sus enemigos y a quienes les han hecho daño.

2. El Reino de Dios es un reino de castidad. 

Dios es muy claro con nosotros diciéndonos que Su Reino valora la castidad. Para los no casados, eso significa no tener relaciones sexuales. Para los casados, eso significa una absoluta fidelidad mutua. Es más, cosas como la pornografía, las actitudes obscenas y la inmodestia están excluidas del Reino. Muchas personas hoy no prefieren la castidad. Prefieren ser impúdicas e inmodestas. Muchos celebran la fornicación y los actos homosexuales como una especie de liberación de las normas “represivas”. A muchas personas les gusta consumir pornografía y no quieren trabas a su conducta sexual. Una cosa es caer por debilidad en alguna de estas materias, y otra muy distinta insistir en que no hay nada malo en ese comportamiento.

3. El Reino de Dios es un reino litúrgico. 

Todas las descripciones del Cielo insisten en la liturgia. Se cantan himnos. Se alaba a Dios. En unos momentos se está de pie, en otros sentado, en otros de rodillas. Hay velas, incienso y amplias túnicas. Se abre, se lee y se venera un manuscrito o libro. Hay un Cordero en un altar a modo de trono. Todo se parece mucho a la misa, pero… muchos no están interesados en estas cosas. Se mantienen a distancia porque dicen que es “aburrido”. Quizá no les gustan los himnos ni toda esa alabanza. Tener a Dios como centro en vez de ellos mismos no les resulta atractivo.

"¡No puedo soportar a los negros!"

La cuestión es ésta: si el Cielo no lo diseñamos nosotros; si el Cielo –el Reino de Dios real– es un reino con todas estas características, entonces ¿no parece claro que realmente hay muchos que no quieren ir al Cielo? Todo el mundo quiere ir a un “cielo” diseñado por él, pero no todo el mundo quiere vivir en el Reino de los Cielos real. Dios no obligará a nadie a vivir en el Cielo si él no quiere vivir allí. Él no obligará a nadie a amarle, ni a amar lo que Él ama, ni a amar a quien Él ama. Somos libres de optar o no por su Reino.

Tal vez una breve historia aclare mi posición:

Una vez conocí a una mujer en una de mis parroquias que en muchos aspectos era muy devota. Iba a misa todos los días y rezaba el rosario casi a diario. Sin embargo, había algo en ella muy preocupante: no podía soportar a los afroamericanos.

A menudo me comentaba: “¡No puedo soportar a los negros! ¡Están viniendo a este barrio y arruinándolo todo! ¡Me gustaría que se fuesen!” Recuerdo haberla regañado varias veces por esta forma de hablar, pero no parecía tener ningún efecto.

Un día decidí ser más claro. “¿Sabe? Usted no quiere realmente ir al Cielo”, la reté.

“Por supuesto que quiero replicó"

“No, usted no será feliz allí”, respondí.

“¿Por qué?”, preguntó: “¿A qué se refiere?”

“Verá… En el Cielo hay negros y usted ha dicho que no puede soportar tenerlos alrededor, así que temo que usted no sea feliz allí. Dios no quiere obligarla a vivir en el Cielo si usted no va a ser feliz allí. Por eso creo que usted no quiere realmente ir al Cielo”

Creo que captó el mensaje, porque me di cuenta de que su actitud empezó a mejorar.

En ningún lugar felices

¿Está claro ahora? Dios no nos obligará a vivir en el Reino si nosotros realmente no queremos o no nos gusta el Reino tal como es. No podemos inventar nuestro propio “cielo”. El Cielo es un lugar real. Tiene contornos y realidades propias que no podemos dejar de lado. O aceptamos el Cielo tal cual es o ipso facto optamos por vivir lejos de él y de Dios. Por eso tiene que existir el Infierno. No es un lugar agradable, pero supongo que lo más triste de las almas del Infierno es que nunca serían felices en el Cielo. Es trágico no ser feliz en ninguna parte.

Comprended también esto: Dios no rechaza ni siquiera a las almas que están en el Infierno. De alguna forma, provee sus necesidades básicas. Siguen existiendo y por tanto Dios sigue sosteniéndolas en todo cuanto requiera esa existencia. No las aniquila ni las apaga.

Dios respeta su voluntad de vivir lejos del Reino y de sus valores. Él las ama, pero respeta su decisión.

Pero ¿por qué tiene que ser eterno?

¿Por qué es eterno el Infierno? Creo que aquí nos topamos con un misterio sobre nosotros mismos. Dios parece enseñarnos que llegará un día en el que nuestras decisiones quedarán fijadas para siempre. En este mundo siempre tenemos la posibilidad de cambiar nuestra mentalidad, así que la idea de una decisión permanente nos parece extraña.

Los que ya vamos teniendo cierta edad podemos atestiguar que, a medida que vamos cumpliendo años, nos vamos asentando más en nuestras costumbres; cada vez es más difícil cambiar. Quizá esto sea un pequeño anticipo del momento en el que nuestras decisiones se fijen para siempre y ya nunca cambien.

Los Padres de la Iglesia empleaban una imagen de la cerámica para enseñarnos esto. Pensemos en la arcilla húmeda en una rueda de alfarero. Mientras la arcilla esté húmeda y disponible sobre la rueda, puede ser moldeada y vuelta a moldear, pero una vez que se mete en el horno o en el fuego, su forma queda fijada para siempre.

Así sucede con nosotros cuando comparecemos ante Dios, que es un Fuego Santo: nuestra forma fundamental queda fijada para siempre, nuestras decisiones serán definitivas. Esto nos resulta misterioso y solo lo entendemos vagamente, pero dado que el Cielo y el Infierno son eternos, parece que ese estado fijado para siempre es nuestro futuro.

Esto es lo mejor que puedo decir sobre una cuestión difícil: el Infierno tiene que existir. Es por el respeto que Dios nos tiene. Es por nuestra libertad y nuestro llamamiento a amar. Es por el Cielo real. Es sobre lo que realmente queremos en nuestro final. Sabemos lo que Dios quiere: salvarnos. Lo que realmente está en cuestión es lo que queremos nosotros.

Fuente: www.religionenlibertad.com

lunes, 6 de agosto de 2018

Pastor Adrián Rogers está en el infierno

Una Revelación del cielo y del infierno
hna, Miriam Jiménez


En el mes de febrero del 2018 mi espíritu salió de mi cuerpo en una mañana en la cual no me encontraba muy bien de salud. 

Llegué al cielo y vi en el cielo a mi abuelo paterno junto a mi tía paterna y a mi otra tía paterna alzando sus manos y adorando a Dios. Ella en vida aún en la enfermedad no dejó de adorar a Dios. 
Fue muy hermoso. También vi gozando al Pastor Heral Rosa de Nicaragua, todos estaban felices con sus vestiduras blancas.

Luego el Señor me lleva a un túnel a inmensa velocidad;  mientras íbamos el Señor me dijo te mostraré a un Pastor que no conoces, te diré porque el está en el infierno.
Al fin del túnel vi llamas, y entre las llamas vi a un hombre. Entonces el Espíritu Santo me dio la revelación; que era norte americano, y vi una iglesia muy grande que el pastoreaba. Donde habían muchas hermanas arregladas, con pinturas joyas y aretes.

En mi mente yo dije, ...está aquí por no predicar santidad... y el Señor me responde: No solo por eso el está aquí, sino por no creer en el Espíritu Santo, su denominación era Bautista, y el se llama Adrian Rogers.

Eso fue todo lo que vi para la gloria de Dios.

Para que aquellas personas que no creen en el Espíritu Santo y sus dones y toda su obra y lo que hace tristemente irán a ese lugar ardiente. 

Cuando desperté investigué en Google y vi que el murió. El 15 de noviembre 2005. En esa fecha yo no estaba en los caminos del Señor, mi caminar con el Señor comenzó en el año 2013 hasta hoy.

Dios les bendiga hermanos y crea en el Espíritu Santo ya que El es el que da también estas revelaciones para Gloria de Dios. 

Fuente: Facebook Miriam Jiménez

martes, 6 de febrero de 2018

QUIEN SE IRÁ AL INFIERNO

No hay nombres, pero si Caracteristicas


¿Quien se ira al infierno?

un tema muy poco hablado en los altares de las parroquias y también en los pulpitos de muchos evangélicos. Es de gran importancia hablar sobre este tema ya que mucha gente sabe de la existencia de un cielo y un infierno pero ignora de una manera asombrosa los estándares por los cuales las personas entraran en el cielo (y lo que nos concierne en este tratado) o irán al infierno.

Algunos creen que como Cristo ya murió, ya no se irán al infierno aun cuando sigan pecando, esto es ridículo; así que el mentiroso no importa que siga de mentiroso (aunque le mienta a su esposa), el ladrón puede seguir robando, total siempre se ira al cielo, así también el violador de niñas puede seguir violando a las niñas (aunque entre ellas esté alguna de tus hijas), pues como Cristo ya murió por el, “puede seguir violando niñas”. Ciertamente esto no es así, en ninguna manera. Otros piensan que mientras se hagan buenas obras, se estarán salvando de ir al infierno y por ende entrar en el cielo; esto tampoco es así porque el narcotraficante también puede dar dinero para alimentar a muchos pobres y por otro lado seguir distribuyendo droga (espero que alguno de tus hijos no sea consumidor); así también el cantinero o dueño de una agencia cervecera puede dar una buena limosna pero sigue vendiendo cerveza y licor a personas que después llegan a sus casas y solo le amargan la vida a su familia, y puedo dar muchos ejemplos mas. 

Solo quiero demostrar por puro sentido común que aunque se hagan buenas obras no se podrá entrar en el cielo, sí practican algún pecado. El cielo no se compra; otros piensan que mientras solo tengan pecados “chiquitos” o pecados “sencillitos” no se irán al infierno, por ejemplo alguna señora presumirá de ser una buena madre pues porque a lo mejor no es alcohólica, pero no se cansa de amargarle la vida a sus hijos, o por ejemplo un padre que no toma y que da normalmente el gasto en su casa, pero en su trabajo anda por ahí viendo a la secretaria o deseando a las mujeres que ve; y a lo mejor uno dirá: ¡Ah, que tiene de malo estar viendo a las mujeres! si no me estoy acostando con ellas. Es cierto pero no deja de ser pecado, el pecado es pecado, y tiene una sentencia. Esto quedará aclarado en el transcurso de este tratado.

Una medida universal

Creo que hay mucha gente que no quiere ir al infierno, de hecho algunas personas lo piensan o escuchan sobre el infierno y se asustan; Es por eso que mucha gente tiene religión, porque no desea ir al infierno sino al cielo, mucha gente desea estar en la mansión gloriosa mirando al Padre Todopoderoso y al Hijo Jesucristo, gozar de la paz y tranquilidad, ahí no habrá llanto ni tristeza ni dolor. Que precioso sería estar en un lugar como ese, en donde no existe el peligro, el hambre ni la oscuridad, sino que el mismo Dios será la luz de su reino y protector de los suyos. Pero ¿Cómo llegar a el? Alguno dirá por ahí, con que tengas los sacramentos ya estás asegurando tu vida en el cielo, o por que conozcas mas Biblia te vas a ir al cielo, o por estudiar en el instituto bíblico, o por antigüedad, por tener un puesto en el grupo religioso donde se reúna como: pastor, diácono, obispo, superintendente, profeta, papa, iluminado etc. Piensan que están llenando la medida para ir al cielo, pero hay una medida universal, en la cual, el que no este dentro de ella no entrara en el reino de Dios.

Esta medida está en Hebreos 12:14 que a la letra dice: Seguid la paz con todos, y la santidad, SIN la cual NADIE verá al Señor. Esto significa que si usted no vive santamente NO ENTRARA EN EL REINO DE DIOS, no importa quien sea usted, si es pastor o diácono, si no vive santamente no heredara el reino de Dios, tampoco importa si eres hijo de pastor o que hayas nacido en “cuna de oro” (hijo de padres cristianos) si tu no vives santamente NO heredarás el reino de Dios, quien quiera que seas tu que lees, seas obispo, cardenal, sacerdote, papa; católico o presbiteriano, testigo o bautista, metodista o lo que tu quieras; ¡si no vives santamente! NO heredarás el reino de Dios, no hay forma, no hay manera, no hay quien se escape de esta tajante cláusula que Dios ha puesto: SIN SANTIDAD, NADIE VERA AL SEÑOR, aun con tus sacramentos, aun con tu bautizo, sea por aspersión, rozamiento o inmersión, aun con ese reconocimiento que dan algunos de que “ya eres salvo”, sin santidad tu no veras al Señor. Además dice Jesucristo el Maestro de maestros: Dichosos los de limpio corazón porque ellos verán a Dios; Si hay un corazón manchado por el pecado, este no verá al Señor. Porque la paga del pecado es muerte. (Mt 5:8; Ro 6:23)

Candidatos para el infierno

Santidad según el escrito original griego es: una persona apartada del pecado y consagrado para el servicio de Dios, uno no tiene que ser “elevado a los altares mayores” para ser santo como dicen los tradiciones humanas; sino cuando uno es santificado por la sangre de Jesucristo, hay tal efecto en el, que aborrece el pecado y busca servir al Señor siempre. Y el que vive de forma contraria, ósea sin santidad, la Biblia lo llama impío y es candidato para el infierno.

Las características

Los candidatos para ir al infierno tienen características indubitables que los hace acreedores al infierno. El propósito de este tratado es que usted se compare con la siguiente lista, y si se encuentra en ella, no sea duro de corazón, reconozca su pecado y busque el perdón de Dios a través de la sangre de Jesucristo. La lista se encuentra en Gálatas 5:19-21 que a la letra dice: Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas NO heredarán el reino de Dios. Se explicarán brevemente cada uno de los pecados aquí mencionados.

ADULTERIO: Tener sexo fuera del matrimonio, pero también Jesucristo dijo que cualquiera que mire una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.

FORNICACION: Esto es tener relaciones sexuales antes del matrimonio, también incluye el pecado de la masturbación.

INMUNDICIA: Esto es todo lo que ensucia el alma, como las novelas con sus amarguras, iras y pleitos, también las revistas como vanidades, chismes, pornografía, chistes; la televisión con sus novelas y programas que promueven la lujuria, etc.

LASCIVIA: Gusto excesivo por los deleites tanto sexuales como materiales, como el consumismo, el materialismo. Solo quiere darse placer así mismo.

IDOLATRIA: Esto es adorar o reverenciar, inclinarse hacia una figura de hombre, animal, creaciones de piedra o madera, también incluye el dinero, idolatría es todo lo que ocupa el lugar de Dios (el primer lugar en la vida del hombre), hijos, mujer, marido, trabajo o negocio, etc.

HECHICERIAS: Esto es el horóscopo, tarot, cartas, lectura del café, esoterismo, brujerías, cualquier tipo de magia. Pero también es manipulación, cuando el hombre o la mujer manipula lo conyugal o las situaciones para sacar algún provecho egoísta.

ENEMISTADES: Estos son los clásicos pleitos en donde no se hablan por semanas, meses, años, incluso hasta la muerte y cualquiera que esté enemistado no entrara en el reino de Dios.

PLEITOS: Enojos que llegan hasta las griterías y/o los golpes

CELOS: Una amargura por no tener lo que el prójimo tiene, esto lleva a las envidias, chismes, calumnias y otros pecados. (Hay un celo que Dios no reprueba sino al contrario, es el celo por Dios)

IRAS: Un enojo excesivo, en donde se cae en el descontrol de la lengua y el cuerpo, esto lleva a las maldiciones y a los malos deseos y ningún iracundo heredara el Cielo sino el infierno.

CONTIENDAS: Esto es oponerse sin argumentos, solo por ganar el punto, un necio.

DISENSIONES: Esto es divisiones, dividir a las personas, cuando se forman los grupitos y uno no se lleva con el otro y viceversa. Los que están en división como quien las provoca no heredará el reino de Dios. (Solo hay una división en la cual no hay condenación, por causa de la Fe)

HEREJIAS: Esto es apartarse de la verdad en base a una opinión personal. Ejemplo: Decir que el hombre no tiene que arrepentirse de su pecado es una herejía, porque la Biblia dice Arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados.

ENVIDIAS: Esto es un enojo por no tener algo que el prójimo tiene, esto ocasiona pecados como odios, homicidios, calumnia, chisme, etc.

HOMICIDIOS: Esto es matar a otra persona, quitar la vida con mano limpia o cualquier tipo de arma con toda premeditación, alevosía y ventaja; pero también la Biblia dice que cualquier persona que odie a su prójimo es un homicida, un asesino delante de Dios y también dice que ningún homicida tendrá parte con El.

BORRACHERAS: Esto es alterar el estado natural del cuerpo con sustancias que lo dañan a corto o a largo plazo. Esto incluye el alcohol, cerveza, cigarro, cemento, marihuana, crack, grapa, pastillas, etc.

ORGIAS: Esto son la relaciones sexuales entre tres o mas individuos, pero en los tiempos cuando el apóstol escribió esto, daba a entender las fiestas paganas, donde abunda el alcohol, el sensualismos, escándalo, y las palabras ociosas, como discos, la fiesta del santo patrono donde todo es cerveza, escándalo y lujuria. Etc.Y COSAS SEMEJANTES A ESTAS: Como la mentira, amargura, cobardía, rebeldía, desobediente a los padres, impetuosos, hipocresía, avaricia, glotonería, homosexualismo, etc. (Ap. 21:8; 1Tim. 1:9-11; Ro. 1:21-32; 1Co. 6:9-11)

Si practicas cualquier pecado irás indudablemente al infierno. Pero Dios no quiere que termines de esa forma. Convéncete del pecado y busca a Dios.

Fuente: https://vozcomotrompeta.wordpress.com

lunes, 25 de junio de 2012

Pero aun es tiempo de escapar del lugar atroz


La creencia en el infierno reduce índices de criminalidad, dice estudio


•El estudio, se basó en una encuesta realizada a más de 140.000 personas en 67 países. La principal conclusión es que en lugares en los que se cree en el infierno hay menores tasas de delincuencia, pero en países en los que sólo cree en el cielo.

Las religiones son vistas generalmente como las marcas de la fundación comportamientos. Sin embargo, cuando se trata de predecir el comportamiento criminal, las creencias religiosas son un factor, dice un psicólogo de la Universidad de Oregon.
El estudio, publicado en Public Library of Science (PLOS ONE), indica que la actividad delictiva es menor en las sociedades donde las creencias religiosas de la gente sirven como un elemento punitivo fuerte.
Sobre todo si se compara con lugares en los que las creencias religiosas son más indulgentes.
Un país donde mucha gente cree más en el cielo que en el infierno, por ejemplo, probablemente tenga una tasa de criminalidad mucha más altos que los países en que tales creencias son prácticamente idénticas. El hallazgo surgió de un análisis que abarque los datos recogidos más de 26 años, un total de 143.197 personas en 67 países.
“La principal conclusión es que en lugares en los que se cree en el infierno hay menores tasas de delincuencia, pero en países en los que sólo cree en el cielo hay mayores índices de criminalidad, y estos son efectos a largo plazo”, dijo Azim F. Shariff, un profesor de psicología y director del Laboratorio para la Cultura y la moral en la Universidad de Oregon.
Y añade: “Creo que es una clave importante entender qué efectos causan el castigo sobrenatural o la bondad sobrenatural. Los datos confirman en investigaciones anteriores realizadas con grupos restringidos, que en el “mundo real” realmente se demuestra cómo la creencia afecta a las personas sobre el hecho de cometer algún crimen”.
El año pasado, en un artículo para la Revista Internacional de Psicología de la Religión, Shariff, dijo que los estudiantes universitarios creen en un Dios que perdona y que son más propensos a ser infieles, no así a los que creen en un Dios que castiga.
Estos descubrimientos científicos recientes siguen mostrando que la idea de un castigo divino influye en la forma de ver la vida. En el 2003, por ejemplo, Robert J. Barro y Rachel M. McCleary, ambos investigadores de la Universidad de Harvard, demostraron que el producto interno bruto fue mayor en los países desarrollados, donde la gente cree en el infierno que crean en el cielo.
En cuanto a los datos de su investigación, Shariff cree que “sólo podemos especular acerca de los mecanismos, pero es posible que las personas que no creen en la posibilidad de un castigo después de la muerte, tienden a tener un comportamiento poco ético, porque sienten que no hay un impedimento divino”.
El coautor del estudio, Mijke Rhemtulla, del Centro de Métodos de Investigación y Análisis de Datos en la Universidad de Kansas, dice que se requiere más investigación para explorar todas las posibles interpretaciones de estos resultados.
Los datos utilizados por él y Sharif fueron tomados de World Values, una encuesta de valores realizada en varios países europeos durante períodos diferentes entre 1981 y el 2007. Los datos sobre la delincuencia fueron tomados de los registros recopilados por las Naciones Unidas sobre los homicidios, robos, violaciones, secuestros, asaltos, crímenes de drogas, robo y el tráfico de seres humanos.
Otros factores importantes son las tasas de la religión dominante de las naciones (católicos, evangélicos y musulmanes), y la desigualdad del ingreso, la esperanza de vida y las tasas de encarcelamiento.
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