Este blog rinde honor y alabanza al Dios de nuestra salvación a Jesucristo el Señor.

jueves, 25 de enero de 2024

Si vives para ti, Cristo no es tu rey

 

Jesús no vino al mundo para hacer del pobre un rico, ni para darnos una vida fácil, ni hacernos mejores personas. Dios envió a un Salvador, porque el más serio problema del hombre es, su PECADO. 

Jesús vino a este mundo para salvar a los pecadores del castigo que merecen, para hacer vivir a los hombres muertos, hacernos santos con un nuevo nacimiento, salvarnos del infierno y darnos vida eterna (1 Tim 1:15; 6:17).

La vida eterna es una joya de un valor demasiado grande para ser comprada o comparada por las riquezas de este mundo. Cristo hizo por nosotros lo que todas las riquezas de este mundo no podrían; por esta razón sea Él más amado por nosotros que cualquier cosa mundana.

Cristo ganó la victoria sobre la ley, el pecado, la carne, el mundo, el diablo, la muerte, el infierno y todo el mal, y luego donó Su victoria para nosotros. (Mt 20:28).

Un hombre puede ir al cielo sin salud, sin riqueza, sin fama, sin un gran nombre, sin haber aprendido, sin ganar, sin cultura, sin amigos, sin otras diez mil cosas. Pero él nunca podrá ir al cielo sin Cristo. Por eso el mayor milagro es la salvación.

El éxito y las riquezas en sí, no son pecaminosas. Pero buscarlas es completamente pecaminoso. Si Dios nos da riqueza pues a Dios le damos las gracias, pero la búsqueda de eso hace que Dios no sea mi primera búsqueda.

Si vives para ti, para el dinero, para la fama, para la comodidad, o para cualquier otra cosa, Cristo no es tu Rey. 

A menudo confundimos necesidades con deseos. En ciertos casos, nuestros deseos están muy lejos de nuestras verdaderas necesidades. Dios puede rehusarse a darnos lo que deseamos, haciéndolo para nuestra propia seguridad o para enseñarnos algo. Dios no te va a dar nada, que te aleje de él.

Fuente: Jefferson Bravo