Este blog rinde honor y alabanza al Dios de nuestra salvación a Jesucristo el Señor.

sábado, 29 de agosto de 2020

El cristiano y el fin del mundo

5 razones por las que el cristiano no debe temer al fin del mundo

En estos últimos años hemos visto un incremento en la frecuencia y en la intensidad de los desastres naturales, las guerras, la persecución de los cristianos y las enfermedades. Muchos temen que estemos viviendo el final de los tiempos.

La verdad es que no sabemos si es así. Solo Dios Padre lo sabe como nos advierte Mateo 24:35-37. Pero lo que sí sabemos es que la Biblia nos insta a estar pendientes de las señales de los tiempos y a estar preparados para lo que ha de venir.

Aprendan de la higuera esta lección: Tan pronto como se ponen tiernas sus ramas y brotan sus hojas, ustedes saben que el verano está cerca. Igualmente, cuando vean todas estas cosas, sepan que el tiempo está cerca, a las puertas. (Mateo 24:32-33)

¿Cuál debe ser la actitud del cristiano en este momento? Obviamente no debe ser una de miedo. El miedo no viene de Dios. Cuando sentimos que quiere apoderarse de nuestros corazones debemos rechazarlo en el nombre del Señor. Servimos al Dios Todopoderoso, lleno de amor y misericordia que cuida de sus hijos. Él nos ama con un amor perfecto que echa fuera todo temor. Debemos seguir el ejemplo de Jesús que no se dejó llevar por el temor sino que confió en el amor del Padre hasta el final.

Si alguien reconoce que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios. Y nosotros hemos llegado a saber y creer que Dios nos ama. Dios es amor. El que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él. Ese amor se manifiesta plenamente entre nosotros para que en el día del juicio comparezcamos con toda confianza, porque en este mundo hemos vivido como vivió Jesús. En el amor no hay temor, sino que el amor perfecto echa fuera el temor. El que teme espera el castigo, así que no ha sido perfeccionado en el amor. (1 Juan 4:15-18)

¡Estamos seguros en los brazos de amor de nuestro Padre celestial! Su amor nos libera del poder del temor. Podemos vivir confiados sabiendo que Dios es soberano, su presencia nos acompaña y nos guía en medio de cualquier situación.

Veamos algunas de las razones por las que nosotros, los hijos de Dios, no debemos tener miedo ante las cada vez más frecuentes señales del fin del mundo.

¡Dile NO al temor y SÍ a la confianza plena en Dios!

5 razones para no temer al fin del mundo

1. Sabemos a quién pertenecemos

Somos del Señor, no existe nada ni nadie que pueda arrebatarnos de sus brazos. Pertenecemos al Dios Todopoderoso, Padre amoroso que jamás abandona a sus hijos. No permitamos que la mentira y el engaño del maligno nos hagan dudar de esta (nuestra) realidad.

Ustedes, queridos hijos, son de Dios y han vencido a esos falsos profetas, porque el que está en ustedes es más poderoso que el que está en el mundo. (1 Juan 4:4)

Mis ovejas oyen mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy vida eterna, y nunca perecerán, ni nadie podrá arrebatármelas de la mano. (Juan 10:27-28)

Por lo tanto, ustedes ya no son extraños ni extranjeros, sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y los profetas, siendo Cristo Jesús mismo la piedra angular. (Efesios 2:19-20) 

2. Dios está con nosotros

¡No estamos solos! Podemos estar seguros de eso. Después de su resurrección y antes de subir al cielo, Jesús prometió que estaría con nosotros todos los días hasta el fin del mundo (Mateo 28:20). ¡Él está con nosotros! Es en su presencia donde recibimos toda la fortaleza necesaria para hacer frente a las pruebas de esta vida.

Mientras más nos acerquemos al fin de los tiempos, más experimentaremos catástrofes y momentos de dificultad. Acercarnos a Dios y pasar tiempo con él nos ayudará a recibir el consuelo necesario en esos momentos difíciles de incertidumbre y nos llenará de fuerzas y valentía para continuar. ¡No batallamos solos o con nuestras propias fuerzas! ¡El Rey de Reyes está a nuestro lado!

No será por la fuerza ni por ningún poder, sino por mi Espíritu —dice el Señor Todopoderoso—.(Zacarías 4:6b)

Se me afligía el corazón y se me amargaba el ánimo por mi necedad e ignorancia. ¡Me porté contigo como una bestia! Pero yo siempre estoy contigo, pues tú me sostienes de la mano derecha. Me guías con tu consejo, y más tarde me acogerás en gloria. ¿A quién tengo en el cielo sino a ti? Si estoy contigo, ya nada quiero en la tierra. Podrán desfallecer mi cuerpo y mi espíritu, pero Dios fortalece mi corazón; él es mi herencia eterna. (Salmo 73:21-26)

..porque el Señor tu Dios está en medio de ti como guerrero victorioso. Se deleitará en ti con gozo, te renovará con su amor, se alegrará por ti con cantos...(Sofonías 3:17) 

3. Dios es bueno y tiene todo el control

La realidad es que la bondad de Dios no ha terminado y todavía él está en el control de todo lo que sucede. Aun en medio de la incertidumbre de los tiempos presentes y de circunstancias que no logramos comprender, tenemos que seguir confiando en la bondad, el amor y el poder de nuestro Dios. ¡Él nunca cambia!

Nada de lo que sucede sorprende a Dios: él conoce el pasado, el presente y el futuro. Y es por eso que él nos dejó en su Palabra un resumen de todo lo que va a suceder. Lo hizo para que nos preparemos y recordemos que él tiene todo en sus manos. Nos toca permanecer firmes en nuestra fe y en la certeza de que Dios está con nosotros. No cedamos a la tentación de dudar: sigamos confiando en nuestro Señor.

Porque el Señor es bueno y su gran amor es eterno; su fidelidad permanece para siempre.(Salmo 100:5)

Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito.(Romanos 8:28)

Reflexión sobre Romanos 8:28, todo ayuda para el bien 

4. Sabemos quién es el vencedor

Puede que veamos mucha maldad a nuestro alrededor y que las circunstancias parezcan confusas. Pero en realidad ya conocemos el final de la historia: ¡Jesús venció! Sí, él ya venció el poder de la muerte y al diablo. En Jesús tenemos paz en medio de las circunstancias y vida en abundancia. ¡Esa es la vida que él nos consiguió por medio de su muerte y su resurrección!

No vivamos como derrotados: Dios es más poderoso que cualquier ataque del enemigo porque Dios es más poderoso que el enemigo. Andemos en esa verdad. Actuemos con mucha prudencia y sabiduría ante los retos de estos tiempos, pero no perdamos de vista que servimos al Dios victorioso, el Rey de Reyes, ¡el vencedor!

Lo cierto es que Cristo ha sido levantado de entre los muertos, como primicias de los que murieron. De hecho, ya que la muerte vino por medio de un hombre, también por medio de un hombre viene la resurrección de los muertos. Pues así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos volverán a vivir, pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; después, cuando él venga, los que le pertenecen. Entonces vendrá el fin, cuando él entregue el reino a Dios el Padre, luego de destruir todo dominio, autoridad y poder. Porque es necesario que Cristo reine hasta poner a todos sus enemigos debajo de sus pies. (1 Corintios 15:20-25)

Luego oí en el cielo un gran clamor: «Han llegado ya la salvación y el poder y el reino de nuestro Dios; ha llegado ya la autoridad de su Cristo. Porque ha sido expulsado el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba día y noche delante de nuestro Dios. Ellos lo han vencido por medio de la sangre del Cordero y por el mensaje del cual dieron testimonio; no valoraron tanto su vida como para evitar la muerte. Por eso, ¡alégrense, cielos, y ustedes que los habitan! Pero ¡ay de la tierra y del mar! El diablo, lleno de furor, ha descendido a ustedes, porque sabe que le queda poco tiempo». (Apocalipsis 12:10-12)1 Corintios 15:57

5. Conocemos nuestro destino final

En Apocalipsis encontramos detalles sobre cómo será el fin del mundo. Sabemos lo que sucederá. Esta tierra pasará, no existirá más. Pero los hijos de Dios, los que hayamos recibido a Jesús como Señor y Salvador moraremos con él por la eternidad. El sufrimiento, el dolor, la muerte, la incertidumbre y los desastres, todo eso terminará. Viviremos eternamente con nuestro Padre celestial. Gozaremos del cielo nuevo y la tierra nueva y alabaremos a nuestro Dios por siempre.

Oí una potente voz que provenía del trono y decía: «¡Aquí, entre los seres humanos, está la morada de Dios! Él acampará en medio de ellos, y ellos serán su pueblo; Dios mismo estará con ellos y será su Dios. Él les enjugará toda lágrima de los ojos. Ya no habrá muerte, ni llanto, ni lamento ni dolor, porque las primeras cosas han dejado de existir». (Apocalipsis 21:3-4)

La ciudad no necesita ni sol ni luna que la alumbren, porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera. Las naciones caminarán a la luz de la ciudad, y los reyes de la tierra le entregarán sus espléndidas riquezas. Sus puertas estarán abiertas todo el día, pues allí no habrá noche. Y llevarán a ella todas las riquezas y el honor de las naciones. Nunca entrará en ella nada impuro, ni los idólatras ni los farsantes, sino solo aquellos que tienen su nombre escrito en el libro de la vida, el libro del Cordero.(Apocalipsis 21:23-27)

Fuente: subiblia.com

sábado, 15 de agosto de 2020

Pastor salio de la cárcel por el poder de Dios

 Pastor es liberado de prisión después que juez de tribunal soñó con Jesús

Un juez de una corte islámica, que tenía que sentenciar a muerte a un pastor por renunciar al Islam, cambió su resolución después que tuvo un sueño impactante con Jesucristo.

El pastor (Se omite el nombre por seguridad), casado y padre de dos niños, de 4 y 6 años, trabaja incansablemente para fortalecer la iglesia clandestina en una nación altamente restrictiva en el Medio Oriente.

El pastor fue detenido en una redada por la policía religiosa islámica, que después de golpearlo, lo llevó a un tribunal islámico, según el ministerio Bibles for Mideast.

Cuando el juez le preguntó por qué había dejado a Islam para convertirse en pastor cristiano, respondió: “Yo era un pecador y tuve varios problemas. También contraje una enfermedad grave y estaba moribundo. Pero el Señor Jesucristo me salvó la vida".

La corte ordenó que el pastor fuera encarcelado por 15 días. Si regresaba al Islam, sería encarcelado por dos años más y luego estaría al servicio de las autoridades religiosas en su lucha contra el cristianismo. Si no renunciaba al cristianismo sería decapitado.

El pastor rechazó la oferta y fue enviado a prisión para esperar la ejecución.

El juez de la corte, que también permanece en el anonimato, perdió a su hijo mayor a los 21 años por un cáncer terminal. Ahora su segundo hijo enfrentaba el mismo diagnóstico.

Una semana después de la sentencia del pastor, el juez se despertó en medio de la noche con una voz que decía: "Libera al pastor de la prisión y pídele que ore por su hijo para que se cure". No le gustó lo que escuchó, el magistrado lo ignoró.

Al día siguiente, el estado de salud de su hijo empeoró aún más. Esa noche, el juez soñó con una luz que se dirigía hacia él. Las palabras parecían fluir de la luz cuando se acercaba: “Libera a mi siervo de la prisión y pídele que ore por tu hijo. Con sus oraciones podrá ser sanado".

Por tercera noche, tuvo un sueño que hizo la experiencia más clara. "Yo soy Jesús, el Hijo del Altísimo", proclamó el hombre de blanco en el sueño. “Morí en la cruz y ahora vivo para siempre.¡Estás persiguiendo innecesariamente a mi siervo! Libéralo de la prisión y tu hijo será sanado".

El juez se levantó de la cama al oír a su hijo gritar de dolor. Corriendo hacia el dormitorio, vio a su esposa y otras hijas de pie, llorando junto a la cama. Le contó su sueño y, al mismo tiempo, su esposa e hijas le rogaron que liberara al pastor y pidiera por sanidad del niño.

Cuando los funcionarios de la prisión recibieron una orden inesperada del juez, inmediatamente liberaron al pastor, quien fue a la casa del magistrado. Fue llevado a la habitación del joven y les comenzó a explicar acerca de la vida, muerte y resurrección de Jesús.

Después de escuchar el Evangelio, el joven enfermo se entregó a Cristo con su familia. El muchacho saltó de la cama y comenzó a danzar, agradeciendo a Jesús por su completa curación.

Durante los siguientes tres días, el pastor permaneció en la casa del magistrado, orando, ayunando, enseñando la Biblia y preparando nuevos creyentes para el bautismo. Al cuarto día, toda la familia fue bautizada. 

Fuente: https://www.acontecercristiano.net/