COMO SER LLENOS DE LA PRESENCIA DE DIOS Por Alberto Valdivia Cier
Texto: Salmo 27:4-6
"Solo una cosa he pedido al Señor, solo una cosa deseo: estar en el templo del Señor todos los días de mi vida, para adorarlo en su templo y contemplar su hermosura. Cuando lleguen los días malos, el Señor me dará abrigo en su templo; bajo su sombra me protegerá.
¡Me pondrá a salvo sobre una roca! Entonces podré levantar la cabeza por encima de mis enemigos; entonces podré ofrecer sacrificios en el templo, y gritar de alegría, y cantar himnos al Señor".
La Biblia enseña con mucha claridad que Dios está en todas partes, que él se encuentra en el último rincón del mundo así como en la parte más íntima de nuestro ser. Sin embargo eso no quiere decir que todos los seres humanos sienten, experimentan o perciben a Dios en sus vidas, la mayoría de ellos viven como si Dios no existiera, pues no son capaces de experimentarlo. Pero en el momento en que la persona se encuentra con Dios entonces Dios se hace real y experimental en su vida, a eso la Biblia llama PRESENCIA DE DIOS. En otras palabras, presencia de Dios es la manifestación de Dios hacia los hombres que le buscan de verdad.
Esa manifestación o presencia de Dios no es una experiencia visible o audible de Dios, más bien es una seguridad o certeza de que Él está a nuestro lado amándonos y cuidándonos.
¿Por qué es importante su presencia?, porque su presencia nos trae la paz y la felicidad para nuestras almas (Ex 33:14) y sin su presencia no podemos hacer nada (Ex 33:15)
Veamos que debemos de hacer para poder experimentar su santa presencia:
1. HAY QUE DESEAR LA PRESENCIA DE DIOS
"Solo una cosa he pedido al Señor, solo una cosa deseo: estar en el templo del Señor
todos los días de mi vida" (Sal 27:4a)
Lo primero que hay que tener es un deseo sincero y profundo de experimentar de su presencia. Hay muchos que asisten a la iglesia, o hacen oraciones sin tener un anhelo sincero por Dios. Algunos buscan a Dios no porque lo desean a él sino porque desean las cosas de Él.
Antes que le pidamos otra cosa comencemos pidiéndole que se manifieste en nuestra vida, como David lo hacía aquí cuando decía Una cosa he demandado (he pedido) al Señor. Experimentar su presencia debe de ser el principal pedido que le hagamos a Dios, el deseo que debe invadir nuestro corazón.
Buscar la presencia de Dios debe de convertirse también en la meta de nuestra vida, (David se propuso buscarla). Nos planteamos metas financieras, familiares, personales pero muy pocas veces nos planteamos metas espirituales. Esta debe de ser la principal meta de tu vida.
Por último debemos anhelar su presencia Todos lo días de la vida. Es un asunto de continuidad y perseverancia, no debe ser algo que deseemos un día, sino todos los días.
Si nos planteamos como meta buscar su presencia todos los días de nuestra vida y le pedimos a Dios que nos dé su presencia, estaremos sinceramente anhelando su presencia y por lo tanto estaremos cerca de experimentarla
2. HAY QUE CENTRAR NUESTRA ATENCIÓN EN DIOS
"para adorarlo en su templo y contemplar su hermosura" (Sal 27:4b)
Luego de desear su presencia debemos también centrar nuestra atención en Dios mismo. Si es su presencia la que anhelamos entonces debemos de poner toda nuestra atención en su ser. Hay quienes dicen que buscan a Dios pero en realidad lo que están buscando es un favor de Dios.
Contemplar significa “fijar la mirada en algo”, es olvidarte de los demás y de ti mismo y concentrarte en Dios en una actitud de quietud y calma (Sal 141:8). Pablo admiró a Dios camino a Damasco, Pedro admiro a Jesús el día de la pesca milagrosa, Esteban admiró a Dios mientras era apedreado, Juan admiró a Jesús cuando se le presento para revelarle el Apocalipsis, Tomas admiro a Jesús cuando toco sus llagas, etc.
Hay que centrarnos en la persona y carácter de Dios, en una actitud de admiración y adoración. Olvidémonos por unos momentos de nuestra necesidad y en nosotros mismos, y centrémonos en la belleza de nuestro Dios.
Dios es totalmente admirable; Él es santo, puro, perfecto, sublime, poderoso, grandioso, infinito, inmenso, inmensurable, eterno, inmutable, justo, soberano, misericordioso, clemente, compasivo, amoroso, perdonador, consolador, paciente, fiel, etc. Hay tanto porque admirarlo y adorarlo ¿Por qué no lo hacemos?
Inquirir en su templo. Una forma preciosa de admirar y contemplar a Dios es por medio de su Palabra, ella nos revela el carácter de nuestro Señor. Por eso debemos de inquirir, examinar su santa Palabra pues ella también es un medio para llevarnos a su santa presencia. La iglesia ayuda a los buscadores de Dios a entender mejor la escritura.
3. HAY QUE ESPERAR LA BENDICIÓN DE DIOS
“Cuando lleguen los días malos, el Señor me dará abrigo en su templo;bajo su sombra me protegerá. ¡Me pondrá a salvo sobre una roca!. Entonces podré levantar la cabeza
por encima de mis enemigos" (Sal 27:5,6a)
Si buscamos a Dios en primer lugar tengan por seguro que luego Él nos dará lo demás (Mt 6:33). Al estar en su presencia recibimos bendición de Dios, pues de su presencia emana bondad, amor, paz, gozo, poder, fortaleza, etc. lo cual llega directamente a nuestras vidas
Debemos de esperar grandes cosas de Dios. Debemos mantenernos en expectativa de lo que Él hará por nosotros. David menciona algunas de las cosas que Él nos puede dar.
Lo primero que Dios nos puede dar al tener un encuentro con Él, es la ayuda en los momentos de dificultad. Nos puede dar consuelo, protección y fortaleza espiritual.
Nos puede hacer conocer más de su persona, de lo íntimo de su ser, de tal manera que podamos salir más llenos de Él.
Luego levantará mi cabeza sobre mis enemigos. Nos puede levantar espiritualmente, dándonos fuerza, victoria, libertad espiritual y autoridad sobre nuestros enemigos. El pecado es nuestro enemigo, el diablo también, Dios nos puede dar victoria sobre ellos
4. HAY QUE ENTREGAR NUESTRAS VIDAS A DIOS
“entonces podré ofrecer sacrificios en el templo, y gritar de alegría, y cantar himnos al Señor" (Sal 27:6b)
Todo lo que hemos visto hasta ahora tiene que ver con las actitudes que debemos de tener para poder experimentar la presencia de Dios en nuestra vida, pero hasta ahora no hemos visto el acto concreto que nos lleva a la misma presencia de Dios.
David aquí termina diciendo que él sacrificaría y alabaría a Dios. Sacrificar simboliza la entregar de una vida. Es nuestra vida la que debemos de rendir a los pies del Señor. Debemos de rendirnos a Dios con gozo y alabanza pues Él es nuestro dueño y Señor. Debemos de morir a nuestro yo para que Él viva en nosotros como Pablo lo decía en Gal 2:20 “Con Cristo estoy juntamente crucificado y ya no vivo yo, más Cristo vive en mí”
Amigo, usted debe de entregarse a Jesús hoy mismo, reconociendo que usted es pecador y reconociendo que Jesús es el salvador de su vida, entonces todo ese anhelo y expectativa que usted tiene por la presencia de Dios se volverá una experiencia en su vida, y disfrutará de la paz y el amor de Dios en su corazón.
Hermano, usted debe rendir más de su vida a Jesús para que pueda experimentar más de santa presencia. No se conforme con lo que tiene de Dios, él desea estar más cerca de usted.
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