Los musulmanes y sus estilos de injusticia
Los ‘bacha bereesh’, niños utilizados como esclavos sexuales
Ningún organismo internacional lo ha denunciado. Ninguna organización progresista ha tomado cartas en el asunto. Ninguna salvaje campaña como la destinada contra los supuestos casos de abusos de menores por parte de algún sacerdote católico.
Son conocidos como los “bacha bereesh”, niños sin barba, adolescentes que se visten como niñas y bailan para sus patrones en fiestas realizadas en el norte de Afganistán. Es una antigua práctica que ha llevado a que algunos de los bailarines sean convertidos en esclavos sexuales por los poderosos y acaudalados patrones, con frecuencia ex líderes militares, que los visten como niñas, les dan regalos y los mantienen como sus “queridas.”
En una sociedad donde los géneros están estrictamente segregados, es común que hombres bailen para sus iguales en bodas en Afganistán. Pero en el norte del país, ex líderes militares y comandantes mujahedines han dado un paso más con concursos por sus niños bailarines. “Cada niño trata de ser el mejor. Se visten con ropa de mujer, tienen campanillas en sus pies y senos artificiales,” explicó Mohammad Yawar, un ex combatiente mujahedín residente en el norteño pueblo de Pul-e Khumri.
La práctica, llamada “bacha bazi” -literalmente “juego de niños”-, tiene una larga historia en el norte del país, pero usualmente no involucra sólo el baile. “Disfruto muchísimo abrazar a un niño. Su aroma y fragancia me mata,” dijo Yawar.
El hombre de negocios, de 38 años, dijo que contrató a un chico de 15 años tres años atrás, para que le ayudara con su trabajo. “Lo he tenido por unos tres años, desde que tenía 15. El buscaba un trabajo y yo le di un lugar donde quedarse,” comentó Yawar, mostrando una fotografía del chico. “No tengo esposa. El es como mi esposa. Lo visto con ropa de mujer y duerme a mi lado. Lo disfruto y él es mi vida,” añadió, besando la fotografía.
SIMBOLO DE STATUS
Ser dueño del niño más atractivo y del mejor bailarín es un símbolo de estatus. Ex comandantes mujahedines realizan fiestas en Pul-e Khumri y sus alrededores una vez por semana, donde se hacen competencias por los niños. “Tener un niño se ha convertido en una costumbre para nosotros. Quien quiera presumir, debe tener un niño,” dijo Enayatullah, un terrateniente de 42 años de la provincia de Baghlan.
“Estuve casado con una mujer por 20 años, ella me dejó debido a mi chico. Me iba con él todas las noches y eventualmente mi esposa decidió dejarme. Estoy feliz con mi decisión, porque estoy acostumbrado a dormir y entretenerme con mi joven chico,” añadió.
Los hombres comentaron que derrochan dinero y regalos en sus jóvenes. “Yo tenía apenas 14 años cuando un ex comandante uzbeko me obligó a tener relaciones sexuales con él,” contó Shir Mohammad en la provincia de Sar-e Pol. “Tiempo después, abandoné a mi familia y me convertí en su secretario. He estado con él por 10 años. Ahora soy un adulto, pero él todavía me quiere y duermo con él,” añadió.
Ahmad Jawad, de 17 años, ha convivido con un acaudalado hacendado durante los últimos dos años. “Estoy acostumbrado. Amo a mi señor. Me gusta bailar y actuar como una mujer y tocarme con mi dueño,” comentó. Cuando se le consultó qué haría cuando sea mayor, el adolescente dijo que “una vez que crezca, seré dueño y tendré mis propios chicos.”
Pero Shir Mohammad, de 24 años, se estaba quedando viejo para ser un bailarín. “Soy adulto ahora y no tengo la belleza de años atrás. Así que propuse casarme con la hija de mi señor y él accedió,” comentó.
POBREZA
Muchos residentes locales pidieron una ofensiva contra la práctica, pero se muestran escépticos de que funcione pues varios de los hombres son poderosos y están bien armados.
Jahan Shah, quien vive en Pul-e Khumri, dijo que el Gobierno y los oficiales de seguridad deberían tomar duras acciones contra los actos inmorales y contra el Islam. “Si no detienen esto, se convertirá en una costumbre y ciento de otros niños se verán involucrados,” afirmó.
La policía y oficiales de seguridad en el norte del país dicen que están realizando su mejor esfuerzo para arrestar a los hombres involucrados. “Es triste decir que esta práctica, que incluye baile de niños, abuso sexual y hasta venta de niños, ocurre desde hace años,” comentó el general Asadollah Amarkhil, el encargado de seguridad de la provincia de Kunduz. “Hemos tomado las medidas para detenerla dentro de nuestras posibilidades,” agregó.
Amarkhil dijo que la pobreza, extendida en Afganistán luego de casi tres décadas de guerra, causó la docilidad de los adolescentes. “Hemos tomado estrictas medidas para salvar la vida de los niños y castigar a los hombres. Estamos tomando pasos para averiguar dónde se reúnen estos hombres y los chicos, luego ir al lugar y arrestarlos,” añadió.
Aquellos que sean declarados culpable de abuso irán a prisión por al menos 15 años, dijo el fiscal principal de Baghlan Hafizullah Khaliqyar. “Tenemos 25 casos de estos actos inmorales. Están siendo procesados y estamos haciendo todo lo posible para abordar el problema,” agregó.
Pero algunos de los hombres dijeron que no están interesados en las mujeres. “Sabemos que es inmoral y va en contra del Islam, pero ¿cómo podemos dejarlo? No nos gustan las mujeres, sólo queremos chicos,” afirmó Chaman Gul, de 35 años y de la provincia de Takhar.
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