Mujer deja el budismo después que Jesús se le apareció en un sueño
Una mujer que profesó el budismo en Rusia, cuenta que atravesó por situaciones difíciles en su vida, incluso trató de suicidarse. Su vida cambió después que Jesús se le apareció en un sueño que le trajo paz y esperanza.
Un informe publicado por la misión SEND, Yulia contó parte de su vida, fue criada en una familia budista, su fe en su dios era tan grande que en su casa tenían un lugar dedicado al santuario a Buda donde adoraban y rendían reverencia.
Cuando su padre murió de repente, su madre cayó en una espiral de depresión, alcoholismo y de abuso. Día tras día, las peleas y discusiones aumentaron y había cada vez más problemas. Un día, cuando Yulia tenía 21 años, su madre - en un ataque de rabia y borracha - le dijo que se fuera. Las últimas palabras de odio de su madre fueron: "Vete. Ni siquiera me importas. Y si algún mueres no lloraré por ti".
En lo más profundo de su desesperación, Yulia hizo un recuento de su vida. Su madre le dijo que no le importaba y sus supuestos amigos la abandonaron en el momento de su mayor necesidad. Ella no tenía ninguna educación y no le gustaba su trabajo de limpieza. Así que decidió quitarse la vida.
En ese instante para quitarse la vida, recordó que su madre la había echado de la casa. Las voces en su cabeza le decían lo inútil que era y que nadie la quería, que la vida no valía la pena vivir. De pronto, su madre entró en su habitación y vio los muebles y la soga. Ella se enfrentó a Yulia y le pidió a gritos que se detuviera.
Yulia compartió el dolor y la desesperación que sentía. Ella explicó que se sentía abandonada, solo lloraba por lo que le dijo su madre. "Mi propia madre me odia, ¿qué más hay que hacer?".
Su madre estaba profundamente conmovida y entristecida por la confesión de Yulia y dijo: "No puedo vivir sin ti. Volvamos a casa ha empezar de nuevo". Yulia recuerda que el regreso a casa fue una de las noches más felices de su vida.
Unos días más tarde, un hombre cristiano llegó a su casa y le preguntó: "Yulia, ¿sabes que hay un Dios", ella respondió "Sí". "Este Dios no es Buda", le dijo. "Él es Jesucristo, que te ama y dio su vida por ti".
Yulia dice que sus palabras atravesaron su corazón porque pensaba que nadie la quería.
Ella cuenta que una semana después de esta visita, tuvo "un sueño increíble", donde Jesús le dijo: "Cree en mí y ora, Yulia, y yo te salvaré".
Después de eso, Julia se arrepintió por haber adorado a un ídolo y aceptó a Cristo como salvador y Señor. Actualmente asiste a una congregación evangélica de la localidad.
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