¿Es esto el evangelio o es superchería, paganismo e idolatría camuflada de la iglesia católica?
La falta de rigurosidad con las escrituras ha permitido que la madre de todas las rameras (Apocalipsis 17:5) haya impuesto una verdadera sátira de la pascua.
Está claro que lo que celebran es a Cristo muerto; los cristianos celebramos a Cristo resucitado, pero todos los días.
La fiesta de la pascua o de panes sin levadura, es un ensayo del cumplimiento del plan de salvación de Dios para la humanidad. Gran parte de la “cristiandad” ha sido engañada por el burlador que siempre, pensando en cambiar los tiempos y la ley (Daniel 7:25), se ha reído de los simples que o bien no saben contar hasta tres o aceptan que el Señor es mentiroso.
El Señor dijo en Mateo 12.39-40: “La generación mala y adúltera demanda señal; pero señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás. 40 Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches”. Contemos: de “viernes santo” a sábado, una noche y un día; de sábado a domingo una noche y un día. Si alguno de los lectores no puede resolver esta “compleja ecuación”, le informamos que el resultado es: 2 días y 2 noches; tal vez para algunos es aceptable un 33% de error en las profecías o simplemente dirán que el Señor se equivocó, o peor que eso: están aceptando que Dios nos mintió.
Está claro que lo que celebran es a Cristo muerto; los cristianos celebramos a Cristo resucitado, pero todos los días.
La fiesta de la pascua o de panes sin levadura, es un ensayo del cumplimiento del plan de salvación de Dios para la humanidad. Gran parte de la “cristiandad” ha sido engañada por el burlador que siempre, pensando en cambiar los tiempos y la ley (Daniel 7:25), se ha reído de los simples que o bien no saben contar hasta tres o aceptan que el Señor es mentiroso.
El Señor dijo en Mateo 12.39-40: “La generación mala y adúltera demanda señal; pero señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás. 40 Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches”. Contemos: de “viernes santo” a sábado, una noche y un día; de sábado a domingo una noche y un día. Si alguno de los lectores no puede resolver esta “compleja ecuación”, le informamos que el resultado es: 2 días y 2 noches; tal vez para algunos es aceptable un 33% de error en las profecías o simplemente dirán que el Señor se equivocó, o peor que eso: están aceptando que Dios nos mintió.
Pero la Historia nos cuenta que en el Concilio de Nicea I (en el año 325) se estableció que la Pascua de Resurrección había ser celebrada cumpliendo determinadas normas -Que la Pascua se celebrase en domingo (día del sol). -Que nunca coincidiese con la Pascua judía (Pésaj), que se celebra independientemente del día de la semana. De esta manera se evitarían paralelismos o confusiones entre ambas religiones. -Se prohibía la celebración de la Pascua antes del equinoccio (antes de la entrada del Sol en Aries).
No obstante, siguió habiendo diferencias entre la Iglesia de Roma y la Iglesia de Alejandría, si bien el Concilio de Nicea dio la razón a los alejandrinos, estableciéndose la costumbre de que la fecha de la Pascua se calculaba en Alejandría, que lo comunicaba a Roma, la cual difundía el cálculo al resto de la “cristiandad”. Finalmente fue Dionisio el Exiguo (en el año 525) quien desde Roma convenció de las bondades del cálculo alejandrino, unificándose al fin el cálculo de la “pascua cristiana”.
Según esto, la Pascua de Resurrección es el domingo inmediatamente posterior a la primera luna llena tras el equinoccio de primavera, y se debe calcular empleando la luna llena eclesiástica; sin embargo, ésta casi siempre coincide con la luna llena astronómica, de modo que para efectos de cálculo es generalmente válido emplear la más tradicional definición astronómica. Por ello puede ser tan temprano como el 22 de marzo, o tan tarde como el 25 de abril. En la Semana Santa el “cristianismo” celebra los eventos de fe relacionados a los últimos días de Jesús, incluyendo en particular su pasión, muerte y resurrección. (Wikipedia)
Si prefiere seguir en la comodidad de la Babilonia religiosa a la que el diablo lo tiene acostumbrado, siga guardando las tradiciones de hombre, coma alimentos inmundos, coma “huevitos de chocolate” de conejo, conejo de la fiesta de la fertilidad cuya evolución ni siquiera la fantasiosa mente de Darwin logró teorizar, pero después no pregunte por qué sus hijos no obedecen al Señor y han preferido seguir la corriente del príncipe de la potestad del aire. Si realmente ama al Señor y comprende que hemos sido comprados por un altísimo precio, entonces glorifique a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios (1 Corintios 6:20) (Juan 10:17-18)
Cuando el Señor saca a su pueblo de Egipto lo primero que actualiza es el calendario, pues le dice a Moisés en Éxodo 12.2-50 “Este mes os será principio de los meses; para vosotros será éste el primero en los meses del año.” Tenga presente que el día comienza a la puesta de sol, de tarde a tarde es medido (Levítico 23:32). Luego da las instrucciones de la pascua. Éxodo 12.3 “Hablad a toda la congregación de Israel, diciendo. En el diez de este mes tómese cada uno un cordero según las familias de los padres, un cordero por familia…5 El animal será sin defecto, macho de un año…6 Y lo guardaréis hasta el día catorce de este mes, y lo inmolará toda la congregación del pueblo de Israel entre las dos tardes.”
En este punto podemos destacar que el cordero se aparta al comienzo del día diez, y se sacrifica el cordero sin mancha cuatro días después, al comienzo del día catorce entre las dos tardes (entre la puesta de sol y la oscuridad), es decir desde el momento en que es apartado el cordero sin mancha hasta su ejecución pasan cuatro días. Este tiempo representa el periodo entre el momento en que es apartado el cordero en el Génesis 3.15, hasta el momento de su ejecución en Mateo 27.50. La equivalencia profética la encontramos en Pedro 3.8: “Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día.” También esta equivalencia profética la encontraremos en Salmo 90.4.
En este punto podemos destacar que el cordero se aparta al comienzo del día diez, y se sacrifica el cordero sin mancha cuatro días después, al comienzo del día catorce entre las dos tardes (entre la puesta de sol y la oscuridad), es decir desde el momento en que es apartado el cordero sin mancha hasta su ejecución pasan cuatro días. Este tiempo representa el periodo entre el momento en que es apartado el cordero en el Génesis 3.15, hasta el momento de su ejecución en Mateo 27.50. La equivalencia profética la encontramos en Pedro 3.8: “Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día.” También esta equivalencia profética la encontraremos en Salmo 90.4.
Así como el cordero es ejecutado al cuarto día, de igual forma el Mesías es sacrificado al cuarto día profético: su muerte ocurrió en el año 4.000.
Sigamos en Éxodo 12.10 “Ninguna cosa dejaréis de él hasta la mañana; y lo que quedare hasta la mañana, lo quemarás en el fuego.” Es decir no queda cadáver, como tampoco queda el cadáver del Señor, pues resucitó.
fuente: comunidad cristiana
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