Este blog rinde honor y alabanza al Dios de nuestra salvación a Jesucristo el Señor.

viernes, 28 de octubre de 2016

¿PUEDO PERDER MI SALVACIÓN?

Revelación de Dios hna Noemy R.


En la Biblia descubrimos que para Dios lo más importante es la salvación del alma. 

Jesús lo dijo: Porque ¿que aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O que recompensa dará el hombre por su alma? Y por medio del apóstol Pablo nos advirtíó ¿cómo escaparemos nosotros si descuidamos una salvación tan grande? Hebreos 2: 3 La Salvación es un don de Dios y es una de las bendiciones mas grandes que el Señor nos ha concedido tener por su gracia y su gran misericordia. Pero la podremos heredar solo si somos fieles hasta el fin. Y si alguno se extraviara del camino y vuelve arrepentido, el Señor le perdonará.

Esta es la revelación que el Señor me entregó.

En aquel tiempo me encontraba lejos del Señor y de la iglesia. (porque fui calumniada y puesta al vituperio, por mis propios hermanos y pastor, lo que no pude resistir y me fui con una gran tristeza al ver la hipocresía del pastor y de los hermanos) Después de eso yo no oraba ni leía la Biblia, sólo me mantenía en la fe íntima de mi corazón, esperando que algún día algo ocurra que solucione mi problema espiritual. Durante ese tiempo practiqué el pecado y aunque no lo quería no lo pude evitar. Al final de ese período, y estando aún sin retornar a la casa de mi Dios, tuve esta tremenda experiencia que jamás podré olvidar.

De momento aparecí en un lugar muy arriba en las alturas de los cielos. Allí me encontré sobre algo que me sostenía en la inmensidad del espacio. No sabia porque estaba ahí. De repente algo comenzó a suceder, sentí moverse mi cuerpo como que me estaba separando de aquello donde yo estaba; en ese instante vi una mano blanca y grande que me sostenía pero ahora me estaba soltando y me estaba abandonando dejandome sola en el aire. Comencé a caer al vacío. 

Entonces entendí lo que me estaba sucediendo -Yo estaba dentro de la mano de Dios y ahora el Señor me había abandonado por cuanto yo estaba lejos de su camino  y no estaba haciendo su voluntad-

Me llené de miedo y de espanto y una gran tristeza inundó todo mi ser.
Cuando me vi sola cayendo en esa inmensidad supe que ya mi Dios no estaría nunca más conmigo, una terrible soledad inundó mi alma, y se apoderó de mí un espantoso dolor insufrible. Todo mi cuerpo me dolía, y por dentro sentía un pesar muy grande, mi cuerpo y mi alma, sufrían un tormento interminable; yo pensaba que ese sufrimiento nunca acabaría. Cuanto mas caía en ese vacío mas lejos me sentía del Señor, ahora podía entender lo terrible que era estar separada de Dios y sin su misericordia. Cada vez sentía mas miedo y mas dolor. En un momento comencé a pensar en el infierno, aunque no sabía como sería ese lugar; nunca había experimentado un pánico tan grande.

 Me sentí perdida y sin ninguna esperanza.

Fue el instante de mi mayor agonía, y en esa misma hora sentí el deseo de clamar al Señor que tenga misericordia de mi. Sabía que era demasiado tarde, y que lo que a mi me ocurría era justo, pues la única culpable era yo. Llorando y con mi alma desgarrada le pedí perdón al Señor, le supliqué con todo mi ser que perdonara todos mis pecados porque ahora comprendía lo que era hacer su voluntad y yo estaría dispuesta a volverme a él para siempre.

En medio de mi llanto y dolor mire hacia donde iba y vi que me acercaba como sobre la tierra, en ese momento me detuve y quedé suspendida como esperando algo. Al frente en esa parte había como una caverna, la estaba observando cuando no supe cómo fui llevada hacia el interior de ese lugar. Allí todo era oscuro. Era una entrada del infierno. La tierra era seca y habían unas pequeñas luces que avanzaban hacia adelante. Supe que una de esas luces era un familiar que vivía en la tierra y que estaba allí porque también estaba descarriado y era desobediente al Señor. Me dio pena y quise ir a sacarlo, pero no pude. La pequeña luz seguía avanzando más y más hacia adentro de ese lugar con otras luces; yo no quería estar allí. Todo era tristeza y desolación. Estaba mirando eso cuando salí de allí  y me encontré en mi casa al anochecer.

Entonces le dí las gracias a mi Señor porque me había perdonado y me había dado una segunda oportunidad. Inmediatamente no fui corriendo para una iglesia, pero al cabo de un tiempo, el Señor mismo vino a sacarme de la vida hostil que tenía y a cambiar mi vida de una forma maravillosa. .
Toda gloria y honra es para el Señor mi Dios que me rescató y me salvó de la perdición eterna, Aleluya.

Ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor. Fil 2:12