Este blog rinde honor y alabanza al Dios de nuestra salvación a Jesucristo el Señor.

lunes, 24 de octubre de 2011

El dolor de la muerte, Jesús la convirtio en gozo



Testimonio hna Lyliam Naumis.


Al perder a mi hija de 3 años, yo deje de creer en Dios; vivía con una amargura terrible.. creo que lógica de una madre... porque puedo asegurar que no hay mayor dolor que perder un hijo... así pasé durante muchos meses. Quería morir.. mi vida no tenía sentido.. tenía tres hijos bellos más, pero mi mente estaba solo con aquel angelito que había partido sin darme casi cuenta. Que nadie me hablara de Dios...para mí era el único responsable! Una noche pensé cómo quitarme la vida.. tratando que mis otros hijos no quedaran con traumas.. que ironía verdad? 
¡ El creer que nuestros hijos no quedaran con traumas si su mama les falta!



Esa noche tenía todo muy calculado.. cuando por mi ventana entró una luz que hasta llegó a enceguecerme.. pensé que estaba dormida... o estaba soñando, pero no era a si! Aquella luz cada vez se hizo más tenue, pero a la vez más cerca de mí.. yo temblaba de pánico, no sabía que sucedía... cuando logre ver aquélla luz, caí arrodillada y llorando al ver que era un ángel... puso mi mano sobre mi hombro y me dijo PAZ, MI ALMA HERIDA, y solo el contacto de su mano y su voz que era como un cántico de muchos ángeles, realmente trajo paz a mi vida... me habló y me dijo que venía a darme un mensaje del Señor; allí comencé a llorar y le pregunté que por qué me había arrebatado a mi niña? ¿Por qué ella? Le hable de mi dolor.. de todo lo que sufría, que aún mis entrañas se retorcían del dolor tan atroz que había en mí, ¿por qué si yo había confiado tanto en El me había pagado con esa infamia? ... dije tantas cosas.. y aquel ángel me dejó hablar, y ¿ saben que? lloraba conmigo, y de sus ojos brotaba llanto que al derramarse en el suelo subía como un incienso hasta el mismo cielo... por qué digo cielo? Porque yo ya no veía el techo de aquella habitación... vi un gran cielo que se abría ante mis ojos, y aquel ángel me dijo, acompáñame...


Como un relámpago fui trasladada a un lugar hermoso; atravezé primero como un bello paraíso, allí había niños jugando.. personas mayores riendo... sus colores en aquel paraíso no tiene nada que ver con los nuestros, los árboles eran frondosos, de un verde que nunca ví, flores con colores que jamás podría describir y un perfume que nunca hasta el día de hoy volví a sentir, así quisiera poner mi mejor empeño por contar lo que ví allí, es inexplicable... luego pasé de aquel paraíso a una habitación muy grande y bella, allí se respiraba armonía y no pude ver de dónde.. pero esa habitación se iluminaba solo con un resplandor que mente humana no puede imaginar, allí había una mesa muy grande y larga y en ella niños, muchos niños,,, todos reían y cantaban, tenían en aquella mesa unos manjares desconocidos para mí... y en la cabecera de aquella mesa, estaba mi niña adorada, era feliz, muy fe; había en su rostro una felicidad que nunca logré yo como madre dársela, yo solo la miraba y de repente mire a mi costado y había un cajoncito con su cuerpecito... no entendía lo que veía, ¿cómo si estaba en aquella mesa.. estaba también en aquel ataúd? Otra vez el ángel se acercó y me preguntó..qué miras? Y le dije...no entiendo... cual es mi hija? Y con mucha dulzura el ángel me dijo.. "la que está en la mesa.. ella es tú querida Jimena... lo que ves en ese cajón, no es! Allí solo hay un cuerpo que no ve... no siente ni oye... lo real es la risa y la alegría de tu niña que estas viendo ahora."


Comencé a llorar y le dije que todo estaba bien.. pero yo quería a esa niña conmigo, quizás riendo menos, pero conmigo! Mi hijita por primera vez se percató que estaba allí y me llamó... y me dijo así. "Mamuska, (así me llamaba) no llores mas por mí... mírame estoy viva! Ya no siento aquellos dolores terribles que sentía en mi cabecita... soy feliz muy feliz..." le pregunté si me extrañaba, y me dijo con mucha dulzura.. "no, mamuska, aquí no nos falta nada, hay tanto amor que suplanta toda tristeza y añoranza... así que no llores más por mí... llora por los que están en tu mundo"... y siguió riendo y cantando con sus amigos de aquella mesa. 

Aquel ángel volvió a acercarse a mí.. y me dijo.."has entendido el mensaje de tu hija?" No.. ¿por qué debo llorar por los que están en mi mundo? Le pregunté, Y el ángel pasó su mano por mis ojos y cabeza, y ví visiones que me horrorizaron.. tanta gente llorando.. tanto dolor.. y más que no se me permite decir... por ahora! Allí comprendí las palabras de mi hijita con tan solo 3 años... el ángel me dijo.. desde hoy serás una mensajera y contaras tu testimonio, lo que has visto... no teman a la muerte, porque la muerte es vida! Porque esto es vivir en realidad, lo que pasa en la tierra, es muerte y dolor, pero hay que pasar por ella, para que se pueda entender y valorar la vida verdadera! Hay mucho para hacer... mucho para sembrar y mucho para cosechar... llenen copas de oraciones por los afligidos... que ellas llegan al cielo, a los oídos mismos del Todopoderoso, y la recompensa será ver una sonrisa, ver paz en los rostros de aquellos afligidos... no solo digan, ve en paz... enséñenles a tener paz... no digan que Dios no permita que pases hambre, denle pan y abrigo.. que su fe sea acompañada con acciones! No hagan solo cadenas de oraciones por los afligidos, también hagan alabanzas por cada dia! Dios es merecedor de ser alabado...!


Le pedí para volver a ver a mi hija por última vez y asintió con su cabeza; me acerqué y ella me miró y me entregó una flor blanca... y me dijo... Lyliam, ya no me llamo como siempre... esta flor será como señal que no me soñaste.. aquí te espero para que te sientes en esta mesa, pero antes cumple con tu misión... Y me vi nuevamente en mi habitación.