Este blog rinde honor y alabanza al Dios de nuestra salvación a Jesucristo el Señor.

viernes, 25 de febrero de 2022

¿Por qué murió Jesús?

Todos fueron la causa de la muerte del Señor?

¿Cuántos de ustedes tienen amigos o parientes que usan un modelo de guillotina alrededor de sus cuellos? ¿O tal vez una silla eléctrica? Suena ridículo, ¿no? Pero, ¿con qué frecuencia nos encontramos con personas que tienen una cruz alrededor del cuello en el mundo occidental? Estamos tan acostumbrados a ver la cruz alrededor de los cuellos de las personas que no pensamos en ello, pero la cruz era tanto una forma de ejecución como una guillotina o una silla eléctrica. ¿Por qué la gente usa una cruz? La cruz fue una de las formas más crueles de ejecución jamás inventadas. Incluso los romanos, desconocidos por sus derechos humanos, abolieron la crucifixión en el año 337, considerándola demasiado inhumana. La cruz siempre ha sido considerada como el símbolo de la fe cristiana, y una alta proporción de los Evangelios se refieren a la muerte de Jesús. Gran parte del Nuevo Testamento se ocupa de explicar lo que sucedió en la cruz.

Cuando el apóstol Pablo fue a Corinto, dijo, "Me propuse más bien, estando entre ustedes, no saber de cosa alguna, excepto de Jesucristo, y de este crucificado” (1 Corintios 2:2). Cuando pensamos en Winston Churchill, Ronald Reagan, Mahatma Gandhi o Martin Luther King, pensamos en lo que hicieron en sus vidas, cómo influyeron en la sociedad por lo que hicieron. Sin embargo, cuando leemos el Nuevo Testamento, aprendemos más sobre la muerte de Jesús que sobre Su vida. Jesús, más que cualquier otra persona, cambió la historia del mundo y es recordado no tanto por Su vida, sino por Su muerte. ¿Por qué hay tal concentración en la muerte de Jesús? ¿Cuál es la diferencia entre Su muerte y la muerte de la Princesa Diana, o uno de los mártires, o héroes de guerra? ¿Por qué murió? ¿Qué logró? ¿A que se refiere la Biblia cuando el Nuevo Testamento dice que Jesús murió por nuestros pecados? Estas son algunas de las preguntas que queremos responder en nuestra sesión de hoy.

El problema

Cuando era joven, solía hablar mucho con individuos preguntándoles acerca de su relación con Dios, esperando la oportunidad de decirles acerca de lo que Jesús ha hecho por ellos. Ellos decían con frecuencia que no necesitaban a Jesucristo, que sus vidas estaban completas y felices. "Trato de vivir una buena vida", decían, "y tengo razones para pensar que cuando muera, probablemente estaré bien porque he vivido una buena vida." Lo que están diciendo es que no necesitan un Salvador debido a la falta de percepción de que no necesitan ser salvados de algo. No hay aprecio y amor por el Salvador porque ellos no están convencidos de su culpabilidad personal y rebelión ante un Dios santo. Sin embargo, todos tenemos un problema:

Todos han pecado y están privados de la gloria de Dios (Romanos 3:23).

No sé ustedes, pero me resulta tan difícil decir: "Me equivoqué. Por favor, acepten mis disculpas." Tiendo a ser rápido para culpar a otros y lento para aceptar que estoy equivocado. Mi esposa sabe que tengo un sentido sagaz de dirección debido a que en mi juventud, estuve en el mar como pescador comercial por muchos años. Uno aprende a navegar por el curso del sol. Pero de vez en cuando me equivoco y encuentro que voy hacia el norte cuando pensaba que iba hacia el oeste. Pero es tan difícil para mí admitir que me equivoqué. ¿A alguien más le resulta difícil decir que se equivocó?

Si somos honestos, todos tenemos que admitir que hacemos cosas que sabemos que están mal. Muchas personas no pueden aceptar el hecho de que podrían ser culpables, o incluso, parcialmente tener la culpa. Este fenómeno específicamente capta nuestra atención cuando la gente llena sus formularios de reclamo de accidente para un accidente de carros. Es el ejemplo perfecto de personas que no pueden aceptar ni el más mínimo grado de responsabilidad. Como se muestra a continuación, algunos conductores insisten en culpar a otros por lo que probablemente son sus propios errores. Aquí hay algunos ejemplos más de no ganar, sin reclamaciones de honorarios. “Considero que ninguno de los dos es culpable, pero si cualquiera de los dos es culpable es la culpa de él.”

“El poste del telégrafo se acercaba rápidamente. Intentaba desviarme de su camino cuando golpeó el extremo delantero de mi carro.”

“El tipo estaba por toda la carretera. Tuve que desviarme muchas veces antes de golpearlo.”

“Un coche invisible salió de la nada, golpeó mi vehículo y desapareció”

“Choqué con un camión estacionado al otro lado de la carretera.”

“De camino a casa me metí en la casa equivocada y choqué con un árbol que no tengo.”

“He conducido por 40 años, y nunca había tenido un accidente por quedarme dormido en el volante.”

En cuanto a quien hizo la siguiente declaración en su formulario de accidente, es discutible si pudiera haber sido un inodoro, un mecánico o un profesor de Español hubiera sido la mejor solución. Dejaré que tú decidas:

"Yo estaba en camino al médico con problemas en la parte trasera cuando mi junta universal se daño y me causo un accidente."

Para que la gente entienda su necesidad de un Salvador, tenemos que volver atrás y mirar el problema más importante, que enfrenta cada persona que lee este estudio. El problema es que todos hemos pecado y estamos destituidos de la gloria de Dios. Una persona me dijo que estaría bien cuando llegara al final de su vida, porque ayudó a dos personas a salir de un accidente de avión antes de que explotara, y había salvado sus vidas. Cuando le pregunté qué iba a hacer con su pecado, me dijo que nunca había pecado. Él fue engañado al pensar que su posición moral era mejor que la mayoría, y porque su vida era mejor que la mayoría, él estaría bien en el Día del Juicio, cuando Dios traiga a todos los hombres a dar cuenta de lo que han hecho.

La mayoría de la gente se juzga a sí misma mirando las vidas de los demás. Permítanme tratar de explicar lo que quiero decir: Imaginen que están en la habitación donde están leyendo estas notas y señalo a la pared más cercana, ¿qué pasaría si yo le dijera que una de esas paredes representa una escala de todas las personas que alguna vez han vivido? Imagina que la peor persona está en la parte de abajo y la parte de arriba de la pared representa a la mejor y más justa de las personas. ¿A quién pondrías abajo? ¡Muchos dirían, Adolf Hitler, Josef Stalin, o quizás Saddam Hussein, o incluso su jefe! ¿A quién pondrías arriba? Quizás dirías, “La Madre Teresa, la Princesa Diana, Martin Luther King, o Billy Graham quizás.” Creo que estarías de acuerdo en que todos nosotros estaríamos en algún lugar de la pared—Keith Thomas estaría ahí abajo y quizás tú estarías más arriba.

Bueno, ¿cuál crees que es el estándar que debemos tener? Muchos de nosotros probablemente responderíamos que el techo seria el estándar, ya que lo mejor de la humanidad vive allí. Pero eso no es lo que la Biblia dice que es el estándar. El pasaje en la Biblia que acabamos de mirar informa que la norma es la gloria de Dios, quien es Jesucristo — el ideal glorioso de Dios para vivir. La medida no es el techo de este cuarto, sino el cielo. Ninguno de nosotros ha alcanzado el estándar de la justicia de Dios, Jesucristo. Todos hemos errado al blanco, que es lo que el pecado significa—errar el blanco o desviarse de la meta. La palabra griega que equivale a la palabra “pecado", es Hamartano, una palabra prestada del tiro con arco. Si no pudieras disparar una flecha contra una diana, estarías lejos de la perfección. Creo que cada uno de nosotros se ha quedado corto. Ninguno de nosotros es lo suficientemente bueno, ¡todos nos hemos errado! Si nos comparamos con ladrones armados o abusadores de niños o incluso con nuestros vecinos, podemos pensar que salimos bastante bien, pero cuando nos comparamos con Jesucristo, vemos lo lejos que estamos.

Somerset Maugham dijo una vez, "Si anotara cada pensamiento que he pensado y cada acción que he hecho, los hombres me llamarían un monstruo de depravación." La esencia del pecado es una rebelión contra Dios (Génesis 3), y su resultado es que somos depravados de Él. Como el Hijo Pródigo (Lucas 15), nos encontramos lejos de la casa del Padre con nuestras vidas en un lío. Algunos dirían: "Si todos estamos en el mismo barco, ¿importa?" La respuesta es que, sí, sí importa debido a las consecuencias del pecado en nuestras vidas, que se puede resumir en cuatro títulos, la contaminación del pecado, el poder del pecado, la penalidad del pecado, y la división del pecado.

La contaminación del pecado

—Lo que sale de la persona es lo que la contamina. 21Porque de adentro, del corazón humano, salen los malos pensamientos, la inmoralidad sexual, los robos, los homicidios, los adulterios, 22la avaricia, la maldad, el engaño, el libertinaje, la envidia, la calumnia, la arrogancia y la necedad. 23Todos estos males vienen de adentro y contaminan a la persona (Marcos 7:20-23).

Puedes decir, "No hago la mayoría de estas cosas." Pero una de ellas solo es suficiente para arruinar nuestras vidas. Podemos desear que los Diez Mandamientos fueran como un documento de examen en el que sólo tenemos que "intentar cualquier tres" de ellos. Pero el Nuevo Testamento dice que si quebrantamos alguna parte de la Ley, somos culpables de quebrantarla toda (Santiago 2:10). Un pecado es suficiente para contaminar tu vida y excluirte de la perfección del cielo. No es posible, por ejemplo, tener un registro de manejo "razonablemente limpio". O está limpio o no lo está. Una ofensa de conducir evita que sea un récord limpio. O cuando un oficial de policía te detiene por exceso de velocidad, no le dices que no has quebrantado ninguna de las otras leyes del país, y esperas librarte. Una infracción de tráfico significa que has quebrantado la ley. Así es con nosotros. Una ofensa hace que nuestras vidas sean inmundas. Por ejemplo, ¿cuántos asesinatos tienes que cometer para ser un asesino? Solo uno, por supuesto; ¿cuántas mentiras puede decir una persona antes de convertirse en un mentiroso? Una. ¿Cuántos pecados comete una persona antes de convertirse en pecadora? De nuevo, la única respuesta es una. Una ofensa hace que nuestras vidas sean impuras.

2) El Poder del Pecado

—Ciertamente les aseguro que todo el que peca es esclavo del pecado —respondió Jesús (Juan 8:34).

Las cosas que hacemos mal tienen un poder adictivo. Cuando usaba drogas, muchas veces me daba cuenta de cómo estaban destruyendo mi vida, pero me tenían controlado. Intenté botarlas dos o tres veces, pero siempre volvía y compraba más. La gente te dirá que la marihuana no tiene un poder adictivo, pero yo no pienso así; no pude liberarme hasta que le di mi vida a Cristo. También es posible ser alcohólico o adicto al mal genio, la envidia, la arrogancia, el orgullo, el egoísmo, la calumnia o la inmoralidad sexual. Podemos volvernos adictos a patrones de pensamiento o comportamiento, que no podemos romper por nuestra cuenta. Esta es la esclavitud de la que Jesús habla. Las cosas que hacemos, los pecados con los que nos involucramos, tienen un poder sobre nosotros que nos hace esclavos de ellos.

El obispo J.C. Ryle, un ex obispo de Liverpool, escribió una vez:

Todos y cada uno de los (pecados) tienen atados en sus cadenas a multitudes de prisioneros de pies y manos. Los desdichados prisioneros; a veces se jactan de que son eminentemente libres…No hay esclavitud como esta. El pecado es de hecho el más duro de todos los capataces. La miseria y la decepción están en su camino, la desesperación y el infierno al final de el—estos son los únicos salarios que el pecado paga a sus siervos.

3) La penalidad del pecado

Porque la paga del pecado es la muerte (Romanos 6:23)

Una de las cosas que a menudo me mueven a orar son las noticias. Cuando escucho de una madre que mata o abusa de sus hijos deliberadamente, quiero justicia. Cuando estoy en un atasco de tráfico, y los coches están volando por el lado de la carretera donde sólo la policía y los vehículos de emergencia se supone que vayan, me enojo y anhelo que los que engañan al sistema sean atrapados. Pero cuando estoy cogido de la tarde, y acelero para tratar de llegar a la reunión del equipo del trabajo a tiempo, entonces es un asunto diferente, no quiero justicia, deseo misericordia y gracia. Quiero que el policía me deje libre. ¡Supongo que soy un hipócrita! Tenemos razón al creer que los pecados deben ser castigados. Las leyes existen para guiarnos a vivir nuestras vidas correctamente, las personas que pecan deben ser castigadas por su pecado. Nuestro pecado ganará un salario así como nuestro trabajo, semana por semana, merece un salario. Nuestro empleador nos pagará lo que merecemos por lo que hemos hecho — nuestro salario. De la misma manera, Dios, en Su justicia, debe darnos el pago que ganamos con nuestras vidas de pecado — estar separados de Dios por la eternidad, un estado y un lugar que la Biblia llama Infierno. La paga del pecado es la muerte, que es estar separados de Dios por la eternidad.

4) La Separación del Pecado

La mano del Señor no es corta para salvar, ni es sordo su oído para oír. 2 Son las iniquidades de ustedes las que los separan de su Dios. Son estos pecados los que lo lleva a ocultar su rostro para no escuchar (Isaías 59: 1-2).

Cuando Pablo dice que la paga del pecado es la muerte, la muerte de la que habla no es sólo física. El profeta Isaías dice que el pecado nos separa de Dios. Es una muerte espiritual, que resulta en el aislamiento eterno de Dios. Esta separación de Dios es algo que experimentamos en esta vida, cada uno de nosotros se ha sentido distante de Dios como resultado de nuestro pecado, pero esto también será una realidad cuando crucemos de la muerte a la vida verdadera que está más allá de este mundo. Las cosas que hacemos mal causan esta barrera.

La solución

Todos necesitamos un Salvador que nos libre de las consecuencias del pecado de nuestras vidas. El Señor Canciller de Inglaterra, Señor Mackay de Clashfern, escribió:

"El tema central de nuestra fe es el sacrificio de Él mismo en la cruz por nuestros pecados por medio de nuestro Señor Jesucristo…Cuanto más profunda sea la apreciación de nuestra propia necesidad, mayor será nuestro amor por el Señor Jesús y, por lo tanto, más ferviente será nuestro deseo de servirle."

La buena noticia del cristianismo es que Dios ha visto la situación en la que todos nosotros estamos, y ha tomado medidas para resolver el problema. Su solución era ser el sustituto de todos nosotros. Dios descendió en la persona de Jesús, el Cristo, para tomar nuestro lugar, algo que John Stott, autor de muchos libros, llama la "auto-suficiencia" de Dios. El apóstol Pedro lo describe así:

Él mismo, en su cuerpo, llevó al madero nuestros pecados, para que muramos al pecado y vivamos para la justicia. Por sus heridas ustedes han sido sanados (1 Pedro 2:24).

1) La Auto-Sustitución de Dios

¿Qué significa la auto-sustitución? En su libro, Milagro en el Río Kwai, Ernest Gordon cuenta la historia real de un grupo de prisioneros de guerra trabajando en el ferrocarril de Birmania durante la Segunda Guerra Mundial. Al final de cada día, las herramientas se recogían del grupo de trabajo. En una ocasión, un guardia Japonés gritó que faltaba una pala y exigió saber qué hombre la había cogido. Él se puso furioso y comenzó a decir barbaridades e insultos, y ordenó a quien fuera culpable a dar un paso adelante. Nadie se movió. "¡Todos mueren! ¡Todos mueren!" gritó, mientras apuntaba su rifle a los prisioneros. En ese momento, un hombre se adelantó, y el guardia lo golpeó con su arma hasta matarlo. Cuando regresaron al campamento, las herramientas se volvieron a contar, y no faltaba ninguna pala. Un hombre había ido adelante como un sustituto para salvar a los demás. De la misma manera, Jesús fue adelante y satisfizo la justicia al morir en lugar de nosotros.

2) La Agonía de la Cruz

Jesús fue nuestro sustituto. Él soportó la crucifixión por nosotros. Cicerón describió la crucifixión como "la más cruel y horrible de las torturas." Jesús fue desnudado y atado a un poste de látigo. Fue azotado con cuatro o cinco correas de cuero entrelazadas con hueso afilado y plomo. Eusebio, el historiador de la iglesia del siglo III, describió la flagelación romana en estos términos: "las venas de la víctima quedaban al descubierto, y los músculos, tendones e intestinos de la víctima quedaban expuestos." Luego fue llevado al Pretorio, el patio romano dentro de la fortificación, donde una corona de espinas fue colocada sobre Su cabeza. Fue burlado por un batallón de 600 hombres y golpeado en la cara y la cabeza. Luego fue obligado a llevar un travesaño pesado sobre Sus hombros sangrantes hasta que se desplomó, y Simón de Cirene fue enlistado a la fuerza para que lo llevara por Él.

Cuando llegaron al lugar de la crucifixión, lo desnudaron de nuevo, lo pusieron en la cruz, y le pusieron clavos de seis pulgadas en sus manos. Sus rodillas estaban torcidas de lado para que los tobillos pudieran ser clavados entre la tibia y el tendón de Aquiles. Lo levantaron en la cruz, que luego fue arrojada a una cavidad en el suelo. Allí lo dejaron colgando en un calor intenso y con una sed insoportable, expuesto al ridículo de la multitud. Permaneció allí con un dolor inimaginable durante seis horas mientras Su vida lentamente se agotaba. La peor parte no fue el trauma físico, ni siquiera el dolor emocional de ser rechazado por el mundo y abandonado por Sus amigos, sino la agonía espiritual de ser separado del Padre por nosotros, porque Él llevó nuestros pecados.

Debido a la obra terminada de Jesús en la cruz, Él pagó por completo lo que nuestros pecados merecían, Dios ahora les puede conceder a aquellos que lo reciban, un perdón completo. El Señor nos muestra que Él no está apartado del sufrimiento. Cristo ha tomado todo y más de lo que muchos de nosotros merecíamos sobre Sí Mismo. Él murió como sustituto por nosotros, mostrándonos así el amor de Dios.

Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna (Juan 3:16).

Fuente: https://www.groupbiblestudy.com

miércoles, 19 de enero de 2022

Los que aman a Dios hasta la muerte

La sobrevivencia de la fe

A pesar del aumento en la intensidad de la persecución, los cristianos permanecen fieles

Para muchos, India es considerada una tierra de personajes conocidas, como Buda y Gandhi, o también reconocida por sus colores y misticismo relacionados al hinduismo, religión que alcanza cerca de 80% de la población. Sin embargo, a pesar de predicar el respeto y la honra, en la práctica, esto no sucede en el país.

Los nacionalistas están trabajando junto con el gobierno para una completa conversión de la población para el hinduismo hasta el 2021. Este proceso es conocido como ‘hindunización’. En su discurso, ellos creen que ‘si no eres hindú, entonces no eres de India’. Este exceso de nacionalismo está afectando a los cristianos locales. Debido a ello, la Iglesia enfrenta diversos desafíos, tales como: el aumento de la violencia, segregación social de los convertidos, leyes de anti conversión y de blasfemia, y discriminación relacionado a la herencia y beneficios fiscales. 

El gobierno, las autoridades y los inversionistas extranjeros niegan que exista un problema. Ellos intentan demostrar para los turistas una India alegre, y pacífica pero la realidad, el país posee un lado oscuro. En él, los cristianos (que son una minoría) enfrentan persecución severa y violencia creciente solo por poseer otra fe. En apenas 4 años el país subió varias posiciones en el ranking de la persecución, la Lista Mundial de la Persecución. A pesar que la constitución garantiza la libertad de religión, los radicales parecen no importarse con esto. 

Si la libertad religiosa fuese realmente aplicada, cada indiano decidiría convertirse si así lo desea, pero esto no sucede debido a la ley sobre la conversión forzada, criada para resistir la pérdida de las tradiciones culturales, la cual lleva a prisión y pago de fianza. Hoy, esta ley es vigente en 8 de los 29 estados, pero puede ser implantada a nivel nacional. 

Solo en 2018, más de 23.000 cristianos fueron agredidos física o mentalmente. 336, fueron obligados a dejar sus casas y 635 fueron detenidos injustamente. 

En la eternidad, sin dolor ni llanto 

Puertas Abiertas ha apoyado a los cristianos perseguidos en este país con distribución de biblias y literatura cristiana, capacitación de líderes y discipulado, así como ayuda socioeconómica para los más vulnerables. Tilak, es uno de los tantos cristianos que experimentó esta ayuda. Después de convertirse, cerca de 40 familias entregaron su vida a Cristo por causa de su evangelización. Cuando los extremistas nacionalistas se enteraron, entraron en contacto con los guerrilleros locales y les dijeron que Tilak estaba haciendo un lavado cerebral en la comunidad con la fe cristiana. 

Rápidamente, él fue secuestrado por los guerrilleros, atado de las manos y de las piernas y golpeado con bastones de madera. Cuando los guerrilleros le preguntaban: ‘¿Abandonarías tu fe en Cristo?’ Y la respuesta era negativa, él era agredido severamente. Tilak se encontraba en la cima de una montaña y mientras se arrastraba en el suelo con su cuerpo ensangrentado y lleno de heridas, él se acordó de Jesús camino al Calvario y esto lo conmovió profundamente. 

Tilak fue torturado durante toda la noche, hasta que su cuerpo no se podía mover más. Fue declarado muerto por uno de los médicos de los guerrilleros. Los mismos fueron hasta los cristianos y les dijeron: ‘Así como Jesús fue agredido y asesinado, nosotros también matamos a su pastor”. Horas después el cuerpo fue encontrado y llevado para la casa de un hermano. Mientras los hermanos estaban reunidos, algo maravilloso sucedió. Tilak abrió los ojos y recobró consciencia. Jesús le devolvió la vida. Aún tendido en el suelo, escuchaba el murmullo de los demás diciendo “esto pasó porque creyó en Jesús”. 

A pesar de este milagro, la persecución no paró y la familia de Tilak fue amenazada. Entonces, ellos huyeron de su ciudad. Puertas Abiertas los invitó a participar de un taller bíblico y comenzó a ayudarlos con alimentos y víveres básicos. “Siempre recuerdo que Dios está con nosotros. Cada vez que pasamos por dificultades o pesares es para la gloria de Dios. Cuando iremos para el cielo, no habrá más dolor ni tristeza”, afirmó Tilak.  

Fuente: puertasabiertasal.org

viernes, 14 de enero de 2022

Ehud Qimron, inmunólogo de Israel «Ministerio de Salud, es hora de admitir el fracaso»

El jefe del Departamento de Microbiología e Inmunología de la Universidad de Tel Aviv

Escribe una carta abierta al ministerio de Salud de Israel

Edhud Quimron es el jefe del Departamento de Microbiología e Inmunología de la Universidad de Tel Aviv, uno de los principales inmunólogos israelíes. Ha escrito una carta pública en la que presenta sus duras críticas al Ministerio de Salud del gobierno de Israel y le exige que admita de una vez el fracaso en sus políticas adoptadas ante la pandemia de Covid-19.

La carta original, en hebreo, puede leerse aquí. A continuación presentamos la traducción para los lectores y lectoras de Las Repúblicas.

» Ministerio de Salud, es hora de admitir el fracaso.

Al final, la verdad siempre se revelará y la verdad sobre la política de coronavirus comienza a revelarse. Cuando los conceptos destructivos se derrumban uno a uno, no queda más que decirles a los expertos que lideraron la gestión de la pandemia: se los dijimos.

Dos años después, finalmente te das cuenta de que un virus respiratorio no se puede derrotar y que cualquier intento de este tipo está condenado al fracaso. No lo admiten, porque no han admitido casi ningún error en los últimos dos años, pero con retrospectiva está claro que ha fallado estrepitosamente en casi todas sus acciones, e incluso los medios ya están teniendo dificultades para cubrir su vergüenza.

Se negaron a admitir que la infección llega en oleadas que se desvanecen por sí solas, a pesar de años de observaciones y conocimientos científicos. Insisten en atribuir cada declive de una ola únicamente a sus medidas, y así, a través de la falsa propaganda, «la plaga se supera». Y otra vez lo venciste, y otra y otra y otra vez.

Ustedes se niegan a admitir que las pruebas masivas son ineficaces, a pesar de que sus propios planes de contingencia así lo indican limpiamente («Plan de preparación del sistema de salud contra la influenza pandémica, 2007», p. 26).

Ustedes se niegan a admitir que la recuperación ante la enfermedad es más protectora que una vacuna, a pesar de que el conocimiento previo y las observaciones muestran que las personas vacunadas que no han pasado la enfermedad tienen más probabilidad de infectarse que las personas que sí han superado la infección. Se niegan a admitir que los vacunados son contagiosos a pesar de las observaciones. En base a esto, esperaban lograr la inmunidad colectiva mediante la vacunación, y también fracasaron en eso.

Insisten en ignorar que la enfermedad es decenas de veces más peligrosa para los grupos de riesgo y adultos mayores que para los jóvenes que no están en grupos de riesgo, a pesar del conocimiento que llegó desde China ya en 2020.

Ustedes se negaron a adoptar la “Declaración de Barrington”, firmada por más de 60.000 científicos y profesionales médicos, así como otros programas de sentido común. Elegisteis ridiculizarlos, calumniarlos, distorsionarlos y desacreditarlos. En lugar de los programas y las personas adecuadas han elegido profesionales que carecen de la formación pertinente para la gestión de una pandemia (físicos como principales asesores gubernamentales, veterinarios, agentes de seguridad, personal de los medios de comunicación, etc.).

No se ha establecido un sistema efectivo para informar de los efectos secundarios de las vacunas e incluso se han eliminado los informes sobre los efectos secundarios de su página de Facebook. Los médicos evitan vincular los efectos secundarios a la vacuna, no sea que los persigan como lo hicieron con algunos de sus colegas. Han ignorado muchos informes de cambios en la intensidad menstrual y los tiempos del ciclo menstrual. Ocultaron datos que permiten una investigación objetiva y adecuada (por ejemplo, eliminaron los datos de los pasajeros en el aeropuerto Ben Gurion). En su lugar, se seleccionaron artículos publicados sin objetivos junto con altos ejecutivos de Pfizer sobre la eficacia y seguridad de las vacunas.

Daño irreversible a la confianza

Sin embargo, desde las alturas de su arrogancia, también han ignorado el hecho de que al final se revelará la verdad. Y comienza a revelarse. La verdad es que han llevado la confianza del público en ustedes a un nivel sin precedentes y ha erosionado su estatus como fuente de autoridad. La verdad es que han quemado cientos de miles de millones de shekels en vano: por publicar intimidaciones, por pruebas ineficaces, por cierres destructivos y por interrumpir la rutina de la vida en los últimos dos años.

Han destruido la educación de nuestros hijos y su futuro. Hicieron que los niños se sintieran culpables, asustados, fumaran, bebieran, se volvieran adictos, abandonaran la escuela y se pelearan, como atestiguan los directores de escuelas de todo el país. Han dañado los medios de subsistencia, la economía, los derechos humanos, la salud mental y la salud física.

Calumniaron a compañeros que no se rendían frente a ustedes, pusieron al pueblo en contra, dividieron a la sociedad y polarizaron el discurso. Ustedes calificaron, sin ninguna base científica, a las personas que optaron por no vacunarse como enemigos público y como propagadores de enfermedades. Ustedes promueven, de manera sin precedentes, una política draconiana de discriminación, negación de derechos y selección de personas, incluidos niños, para su elección médica. Una selección que carece de toda justificación epidemiológica.

Cuando se comparan las políticas destructivas que siguen con las políticas sanas de algunos otros países, puede ver claramente que la destrucción que han causado solo ha agregado víctimas más allá de las vulnerables al virus. La economía que destrozaron, los desempleados que causaron y los niños cuya educación destruyeron son las víctimas excedentes como resultado de sus propias acciones únicamente.

Actualmente no hay una emergencia médica, pero han estado cultivando tal situación durante dos años debido al ansia de poder, de beneficios económicos y control. La única emergencia ahora es mantener las políticas que han puesto en marcha y destinarán grandes inversiones para propaganda e ingeniería social en lugar de dirigirlas para fortalecer el sistema de atención médica.

¡Esta emergencia debe parar!

Fuente: www.lasrepublicas.com

viernes, 7 de enero de 2022

Pastores librados de la muerte de manera sobrenatural

A punto de ser decapitados, pastores librados de la muerte de manera sobrenatural

Dos pastores cristianos, que iban a ser ejecutados por compartir el evangelio en una ciudad e Medio Oriente, experimentaron una liberación sobrenatural cuanto estuvieron a punto de perder la vida.

Firos y Altaf (nombres ficticios por razones de seguridad), pastores de la iglesia Assembly of Loving God, habían compartido el Evangelio con al menos 50 musulmanes, que posteriormente se convirtieron al cristianismo. Cuando el imán de la mezquita local se enteró, formó un grupo de musulmanes para no permitir los cultos.

Los pastores fueron detenidos y llevados a la mezquita para ser obligados a regresar al Islam, pero se negaron. Esto enfureció aún más a los musulmanes, quienes los pusieron en un sótano durante tres días sin acceso a comida ni bebida.

Después de los tres días, la turba los entregó a un grupo terrorista islamico, que los mantuvo cautivos durante nueve días. Solo podrían escapar de la muerte si rechazaban el cristianismo y ayudaban en la lucha contra los cristianos.

Un día por la mañana, los islamistas ataron a los pastores y los llevaron a un campo abierto. Allí, dos hombres se colocaron detrás de los cristianos arrodillados, portando cuchillas afiladas.

Preparados para todo, los dos pastores miraron al cielo y vieron una visión de “Jesús sentado en un trono, rodeado de miles de ángeles en adoración”, según Bibles For Mideast. Ante esto, comenzaron a alabar a Dios en voz alta.

Los terroristas se enfurecieron con las exclamaciones de alabanza, pero justo cuando estaban a punto de ejecutar a los pastores, sus cuchillos cayeron inesperadamente al suelo. Fueron presos del miedo y huyeron desarmados.

Milagrosamente, las cuerdas amarradas en las piernas y las manos de los pastores, se aflojaron. En lugar de levantarse, se pusieron de rodillas, alabando y agradeciendo a Dios. Luego fueron "llevados con la ayuda de ángeles" a la casa donde se reunían los miembros de la iglesia, ya que los líderes no sabían dónde estaba el nuevo lugar secreto de los cristianos, según el relato.

Cuando los cristianos vieron a los pastores y se enteraron de la liberación, se regocijaron intensamente y permanecieron en adoración de Dios durante muchas horas.

Fuente:  https://www.acontecercristiano.net/

miércoles, 29 de diciembre de 2021

El cristiano se puede desviar

Desviarse es alejarse del Señor

Si te has desviado de Dios, puedes remar hacia Él con un espíritu quebrantado y un corazón contrito que busca Su perdón.

Hebreos 2:1

"Por tanto, debemos prestar mucha mayor atención a lo que hemos oído, no sea que nos desviemos.  Porque si la palabra hablada por medio de ángeles resultó ser inmutable, y toda transgresión y desobediencia recibió una justa retribución,  ¿cómo escaparemos nosotros si descuidamos una salvación tan grande? La cual, después que fue anunciada primeramente por medio del Señor, nos fue confirmada por los que oyeron,  testificando Dios juntamente con ellos, tanto por señales como por prodigios, y por diversos milagros y por dones del Espíritu Santo según su propia voluntad.

Todos hemos en ciertos tiempos perdido noción de los buenos sentimientos que teníamos de Dios. Todos hemos montado un bote y dejado que las olas de este mundo nos alejen de Dios. Ya sea que lo admitas o no, todos sabemos lo difícil que es cuando nos alejamos de Dios. Nuestro amor por los demás comienza a disminuir, nuestra paz comienza a derretirse y nuestros corazones se vuelven cada vez más propensos al mundo. El mayor peligro al que nos enfrentamos no es saltar a un río sabiendo que nos enfrentaremos a una cascada; el mayor peligro es cabalgar sobre las olas de este mundo y alejarse lenta y sutilmente de Dios. Esta es la cosa más fácil y al mismo tiempo la cosa más peligrosa que podríamos hacer.

El peligro del desvío

Porque todos podemos enfrentarnos al peligro del desvío, Hebreos 2:1 dice: “debemos prestar mucha mayor atención a lo que hemos oído”. El autor nos amonesta: “presta mucha atención a todas las prédicas que has escuchado en la iglesia en el pasado. Presta atención a todas las advertencias que has escuchado de los cristianos alrededor de ti. Presta atención a todas las cosas que has leído y las cosas que el Espíritu Santo te ha enseñado”. Él dice que debemos tomar precaución y advertencia de las cosas que hemos escuchado porque cada una de nuestras acciones recibirá su recompensa. 

Hay muchas películas en las que vemos cómo las personas llegan a un puente en el borde de una montaña. En esos momentos, usualmente las cámaras enfocan en los letreros que dicen “advertencia, no cruce”. Pero debido a la falta de voluntad para obedecer, las personas cruzan el puente y caen a sus muertes. En el texto de hoy, el autor nos está intentando mostrar lo mismo. Él dice que nos podemos desviar de Dios cuando transgredimos, que, en griego, significa sobrepasar un límite que Dios nos ha establecido. También, usa la palabra desobediencia para expresar nuestra falta de disposición para escuchar. Por lo tanto, pecamos cuando cruzamos la línea que Dios traza frente a nosotros y cuando no ponemos atención a lo que hemos escuchado en el pasado. Esto incluye también, a todos nosotros que estamos escuchando y no estamos poniendo atención en este preciso momento. Pero si hacemos estas dos cosas, recibiremos nuestro merecido castigo. 

Por tanto, el autor dice en el versículo 3: “¿cómo escaparemos nosotros si descuidamos una salvación tan grande”. Observa cómo el autor dice “si descuidamos”. Es decir, esto es condicional, ¡es una decisión que puedes tomar! Tienes la opción de tomar estas advertencias como algo serio o simplemente descuidarlas. No es demasiado tarde, no es demasiado difícil. Solo necesitas poder ver el peligro de desviarte de Dios. Si te has desviado, tienes que ser consciente de que te estás alejando espiritualmente del Señor. Si te has desviado, no puedes descuidar la verdad de que Cristo quiere traerte de vuelta para salvarte del castigo que trae el pecado. Si te has desviado, no olvides cómo Jesús se para en la orilla y te hace señas para que regreses a la orilla. Nunca debemos quitar nuestros ojos de este gran privilegio de poder regresar a Dios si nos hemos desviado de Él. No podemos desviarnos de esta “salvación tan grande.”

Regresa a Dios

David, en Salmos 51:17 dijo: “Los sacrificios de Dios son el espíritu contrito; al corazón contrito y humillado, oh Dios, no despreciarás”. Si hoy te has desviado de Dios y estas lejos de Él, puedes remar hacia Él con un espíritu quebrantado y un corazón contrito que busca Su perdón. Si haces esto, Él nunca te despreciará. Muchos cristianos piensan que al abrir las puertas de honestidad Dios los va a despreciar. Piensan que no hay nada amoroso en ellos mismos y, por lo tanto, piensan que Dios piensa o siente lo mismo. Pero déjame decirte una cosa: No pienses que Él te despreciará porque hay momentos que te desprecias a ti mismo, o porque desprecias dónde estás en la vida. Si cometiste algunos errores durante estos días o has regresado a tu pecado del pasado, o si has estado cerca de algunas personas que te han alejado, no desprecies tus acciones y rema de vuelta a Cristo. Si has sentido vergüenza por ciertas cosas que has hecho en esos lugares secretos pensando que nadie te estaba mirando, regresa con un corazón contrito y confiesa tu pecado porque Dios estaba allí. 

Deja de despreciarte a ti mismo por las cosas que has hecho.

Deja de despreciarte porque no crees que eres suficiente. Porque si nunca regresas, con el tiempo, estarás tan lejos de Dios que cruzarás más límites, estarás más endurecido para escuchar las advertencias de Dios descuidando más intensamente quién es Dios en tu vida. Si llegas a un punto en el que estás tan lejos de Dios, quedarás solo en lo incierto y estarás más propenso a la ansiedad, el enojo, la amargura, la soledad, la frustración, la depresión y mucho más. Al final, te parecerás menos como a un hijo/a de Dios. Deja de mirarte a ti mismo ya que siempre encontrarás algo que vas a despreciar; más bien, mira hacia la gran salvación que se encuentra en Jesucristo, quien siempre te escuchará, nunca te descuidará o incluso rechazará. Él es el único que puede hacer que los vientos dirijan tu bote hacia Él mientras te sometes de nuevo a Su perfecta voluntad. Mira a Jesús, quien parado en la orilla te hace señas para que regreses a Él antes de que llegue una tormenta y no puedas salvarte a ti mismo. 

Fuente: https://www.stegozoeterno.org/

sábado, 27 de noviembre de 2021

¿Por qué el Infierno tiene que existir?

 ¿De verdad todos queremos ir al Cielo? ¿Al Cielo real?

Por qué el Infierno «tiene que existir» y ser eterno

Nada disgusta más a la mentalidad moderna que la idea del Infierno y su eternidad. Las advertencias de Dios a los hombres sobre la condenación eterna como castigo del pecado sobrevuelan las Sagradas Escrituras de principio a fin, pero esa verdad literalmente ha desaparecido de la predicación católica en los últimos sesenta años

Llegamos hoy al último de los Novísimos: el Infierno. A lo largo de los años he escrito abundantemente sobre esta cuestión, casi siempre en respuesta al rechazo generalizado de la doctrina revelada sobre el Infierno. Contradiciendo a las Escrituras, muchos dan por hecho que el Infierno es un destino improbable para la mayoría. No importa que Jesús haya enseñado justo lo contrario  Mt 7, 13-14 "Entrad por la puerta estrecha. Porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos entran por ellos. ¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y pocos dan con ellos". En la medida de mis posibilidades, he intentando mantener a la gente apegada más a la sobriedad del Evangelio que al wishful thinking [pensamiento desiderativo] de la época moderna. Nadie advirtió sobre el Infierno más que Jesús. De hecho, 21 de las 38 parábolas conducen a advertencias sobre el Infierno y sobre la necesidad de estar preparados para el día del juicio. 

Sin embargo, querría considerar por qué el Infierno tiene que existir. Quienes dudan sobre las enseñanzas bíblicas de Jesús suelen preguntar: si Dios es amor, ¿por qué existe el infierno y por qué es eterno?

El Cielo real y los "cielos" inventados

Existe el Infierno porque Dios respeta nuestra libertad. 

Dios nos ha hecho libres y nuestra libertad es absolutamente necesaria si tenemos que amar. Supongamos que un joven desea que una chica le ame. Supongamos que encuentra una poción mágica para echarle en la bebida. Y ¡zas!, nada más ingerirla... ¡ella le “ama”! ¿Es un amor real? No, es un efecto químico. El amor debe ser entregado libremente. El sí del amor solo tiene sentido si somos libres para decir que no. Dios nos invita a amarle. Tiene que existir el Infierno porque tiene que existir una alternativa real al Cielo. Dios no nos obliga a amarle ni a ir al Cielo con Él.

Pero, un momento: ¿acaso no todo el mundo quiere ir al Cielo?

Sí, pero suele ser un “cielo” tal como ellos lo definen, no el Cielo real. Muchas personas entienden el cielo egocéntricamente: es un lugar donde serán felices según sus propios términos, donde tendrán en abundancia todo aquello que les agrada. El Cielo real es el Reino de Dios en plenitud. Aunque todo el mundo quiere ir a un “cielo” tal como ellos lo definen, no todo el mundo quiere vivir en el Reino de Dios en plenitud.

1. El Reino de Dios es un reino de misericordia y de perdón. 

No todo el mundo quiere mostrar misericordia y perdón. Algunos prefieren la venganza. Otros son partidarios de la justicia más severa. Algunos prefieren aferrarse a su rabia y alimentar resentimiento e intolerancia. Es más, no todo el mundo quiere recibir misericordia y perdón. Posiblemente hay quien no puede explicarse por qué alguien tendría necesidad de perdonarles, ¡dado que son ellos quienes tienen la razón! Recordad al hijo mayor en la Parábola del Hijo Pródigo. En vez de incorporarse a la fiesta como le suplicaba su padre, rechaza entrar porque ese miserable hermano suyo está dentro. Él no piensa perdonar ni amar a su hermano como lo hace el padre. De esta forma, se excluye a sí mismo de la fiesta. A pesar de la súplica de su padre, él no pasará por el perdón y la misericordia. Para él, la fiesta no es en absoluto una fiesta. Del mismo modo, el Cielo no será “cielo” para quienes rechacen la gracia de perdonar y de amar a sus enemigos y a quienes les han hecho daño.

2. El Reino de Dios es un reino de castidad. 

Dios es muy claro con nosotros diciéndonos que Su Reino valora la castidad. Para los no casados, eso significa no tener relaciones sexuales. Para los casados, eso significa una absoluta fidelidad mutua. Es más, cosas como la pornografía, las actitudes obscenas y la inmodestia están excluidas del Reino. Muchas personas hoy no prefieren la castidad. Prefieren ser impúdicas e inmodestas. Muchos celebran la fornicación y los actos homosexuales como una especie de liberación de las normas “represivas”. A muchas personas les gusta consumir pornografía y no quieren trabas a su conducta sexual. Una cosa es caer por debilidad en alguna de estas materias, y otra muy distinta insistir en que no hay nada malo en ese comportamiento.

3. El Reino de Dios es un reino litúrgico. 

Todas las descripciones del Cielo insisten en la liturgia. Se cantan himnos. Se alaba a Dios. En unos momentos se está de pie, en otros sentado, en otros de rodillas. Hay velas, incienso y amplias túnicas. Se abre, se lee y se venera un manuscrito o libro. Hay un Cordero en un altar a modo de trono. Todo se parece mucho a la misa, pero… muchos no están interesados en estas cosas. Se mantienen a distancia porque dicen que es “aburrido”. Quizá no les gustan los himnos ni toda esa alabanza. Tener a Dios como centro en vez de ellos mismos no les resulta atractivo.

"¡No puedo soportar a los negros!"

La cuestión es ésta: si el Cielo no lo diseñamos nosotros; si el Cielo –el Reino de Dios real– es un reino con todas estas características, entonces ¿no parece claro que realmente hay muchos que no quieren ir al Cielo? Todo el mundo quiere ir a un “cielo” diseñado por él, pero no todo el mundo quiere vivir en el Reino de los Cielos real. Dios no obligará a nadie a vivir en el Cielo si él no quiere vivir allí. Él no obligará a nadie a amarle, ni a amar lo que Él ama, ni a amar a quien Él ama. Somos libres de optar o no por su Reino.

Tal vez una breve historia aclare mi posición:

Una vez conocí a una mujer en una de mis parroquias que en muchos aspectos era muy devota. Iba a misa todos los días y rezaba el rosario casi a diario. Sin embargo, había algo en ella muy preocupante: no podía soportar a los afroamericanos.

A menudo me comentaba: “¡No puedo soportar a los negros! ¡Están viniendo a este barrio y arruinándolo todo! ¡Me gustaría que se fuesen!” Recuerdo haberla regañado varias veces por esta forma de hablar, pero no parecía tener ningún efecto.

Un día decidí ser más claro. “¿Sabe? Usted no quiere realmente ir al Cielo”, la reté.

“Por supuesto que quiero replicó"

“No, usted no será feliz allí”, respondí.

“¿Por qué?”, preguntó: “¿A qué se refiere?”

“Verá… En el Cielo hay negros y usted ha dicho que no puede soportar tenerlos alrededor, así que temo que usted no sea feliz allí. Dios no quiere obligarla a vivir en el Cielo si usted no va a ser feliz allí. Por eso creo que usted no quiere realmente ir al Cielo”

Creo que captó el mensaje, porque me di cuenta de que su actitud empezó a mejorar.

En ningún lugar felices

¿Está claro ahora? Dios no nos obligará a vivir en el Reino si nosotros realmente no queremos o no nos gusta el Reino tal como es. No podemos inventar nuestro propio “cielo”. El Cielo es un lugar real. Tiene contornos y realidades propias que no podemos dejar de lado. O aceptamos el Cielo tal cual es o ipso facto optamos por vivir lejos de él y de Dios. Por eso tiene que existir el Infierno. No es un lugar agradable, pero supongo que lo más triste de las almas del Infierno es que nunca serían felices en el Cielo. Es trágico no ser feliz en ninguna parte.

Comprended también esto: Dios no rechaza ni siquiera a las almas que están en el Infierno. De alguna forma, provee sus necesidades básicas. Siguen existiendo y por tanto Dios sigue sosteniéndolas en todo cuanto requiera esa existencia. No las aniquila ni las apaga.

Dios respeta su voluntad de vivir lejos del Reino y de sus valores. Él las ama, pero respeta su decisión.

Pero ¿por qué tiene que ser eterno?

¿Por qué es eterno el Infierno? Creo que aquí nos topamos con un misterio sobre nosotros mismos. Dios parece enseñarnos que llegará un día en el que nuestras decisiones quedarán fijadas para siempre. En este mundo siempre tenemos la posibilidad de cambiar nuestra mentalidad, así que la idea de una decisión permanente nos parece extraña.

Los que ya vamos teniendo cierta edad podemos atestiguar que, a medida que vamos cumpliendo años, nos vamos asentando más en nuestras costumbres; cada vez es más difícil cambiar. Quizá esto sea un pequeño anticipo del momento en el que nuestras decisiones se fijen para siempre y ya nunca cambien.

Los Padres de la Iglesia empleaban una imagen de la cerámica para enseñarnos esto. Pensemos en la arcilla húmeda en una rueda de alfarero. Mientras la arcilla esté húmeda y disponible sobre la rueda, puede ser moldeada y vuelta a moldear, pero una vez que se mete en el horno o en el fuego, su forma queda fijada para siempre.

Así sucede con nosotros cuando comparecemos ante Dios, que es un Fuego Santo: nuestra forma fundamental queda fijada para siempre, nuestras decisiones serán definitivas. Esto nos resulta misterioso y solo lo entendemos vagamente, pero dado que el Cielo y el Infierno son eternos, parece que ese estado fijado para siempre es nuestro futuro.

Esto es lo mejor que puedo decir sobre una cuestión difícil: el Infierno tiene que existir. Es por el respeto que Dios nos tiene. Es por nuestra libertad y nuestro llamamiento a amar. Es por el Cielo real. Es sobre lo que realmente queremos en nuestro final. Sabemos lo que Dios quiere: salvarnos. Lo que realmente está en cuestión es lo que queremos nosotros.

Fuente: www.religionenlibertad.com

martes, 5 de octubre de 2021

¿Es pecado ver pornografía?

La pornografía es nefasta para el cristiano

La pornografía se define como “la descripción del comportamiento erótico (en imágenes o escritura) que pretende causar excitación sexual”. Estas descripciones son un mal uso de la relación sexual que Dios creó para ser usada entre el esposo y la esposa. En lugar de ser un acto de amor matrimonial, el sexo es reducido a un acto de lujuria.

¿Es pecado ver pornografía?

El séptimo mandamiento de los 10 mandamientos de Dios tiene que ver con el comportamiento sexual: “No cometerás adulterio” (Éxodo 20:14). El principio subyacente del séptimo mandamiento es proteger la unidad del matrimonio y por lo tanto, la familia. El único escenario aceptable para la expresión del amor sexual es en el contexto del matrimonio, entre el esposo y la esposa. Según el Creador de la sexualidad, la intimidad sexual antes del matrimonio o con cualquier otra persona fuera del cónyuge es un pecado.

Jesús magnificó esto, mostrando la perspectiva que Dios tiene de la codicia sexual en Mateo 5:27-28: “Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón”.

Así que la respuesta clara es, la pornografía sí es un pecado. Pero puede ser útil entender por qué para Dios es pecado.

¿Por qué la pornografía es pecado?

Dios no prohíbe cosas que son buenas para nosotros, pero Él prohíbe cosas que son dañinas. Como Él ha diseñado la mente humana, Dios está consciente del hecho de que la unión matrimonial involucra fidelidad mental, además de la fidelidad física. Esto se debe a que la fidelidad o la infidelidad comienzan en la mente. Cada acción, justa o pecaminosa, comienza con el proceso del pensamiento. Es imposible para una persona que se permite ser infiel en la mente continuar totalmente comprometida a su relación matrimonial y a la familia.

Las investigaciones confirman los efectos nocivos de la pornografía

Acerca de la pornografía se han hecho muchas investigaciones. Veamos los hallazgos del Instituto de investigación del matrimonio y la religión: “La pornografía es una representación visual de la sexualidad que distorsiona el concepto de una persona acerca de la naturaleza de las relaciones conyugales. Esto, a su vez, altera tanto la actitud sexual como el comportamiento. Es una gran amenaza para el matrimonio, la familia, los hijos y la felicidad individual. Al socavar el matrimonio es uno de los factores que socavan la estabilidad social”.

Los puntos específicos que esta investigación sacó a la luz son:

Los hombres casados que están involucrados con pornografía se sienten menos satisfechos con sus relaciones conyugales y menos comprometidos emocionalmente con sus esposas. Las esposas se dan cuenta de esto y se sienten dolidas por la diferencia.

El uso de la pornografía es un camino que conduce a la infidelidad y al divorcio, y con frecuencia es un factor predominante en estos desastres familiares.

Entre las parejas afectadas por la adicción de un cónyuge, cerca de 2/3 experimentan una disminución del deseo de relaciones sexuales.

Ambos cónyuges perciben que ver pornografía es equivalente a la infidelidad.

Ver pornografía conduce a una pérdida de interés en las buenas relaciones familiares.

Nuevamente, el pecado hace daño y la pornografía hace daño a los matrimonios, familias e hijos, porque daña la mente y afecta las relaciones de la persona que la ve. En las Escrituras la solución para todo pecado es arrepentirse y buscar el perdón de Dios, tomando la decisión de no volver a repetir el error otra vez (Hechos 2:38-39; 2 Corintios 7:10-11). Por lo tanto, toda persona que desee vivir una vida cristiana debe poner todo su empeño en sacar la pornografía de su vida y arrepentirse y buscar el perdón de Dios.

https://bendigamosaotros.wordpress.com/

viernes, 10 de septiembre de 2021

Fe como un grano de mostaza

La pequeña fe que Dios planta en el cristiano.

En la vida cristiana la fe es tan vital que las Escrituras nos dicen que sin ella es imposible agradar a Dios. 

Al mismo tiempo la fe es un potente don de Dios. Cristo le dijo a Sus discípulos que con una mínima medida de fe, del tamaño de un grano de mostaza, podían mover montañas. Entonces, ¿qué significa contar con una «fe del tamaño de una semilla de mostaza»?

La mención de la «fe como un grano de mostaza» aparece dos veces en las Escrituras. 

Primeramente en Mateo 17:14-20. Los discípulos no podían exorcizar a un demonio de un joven, a pesar de que Jesús ya les había otorgado autoridad para hacer precisamente eso. Cuando le preguntaron a Jesús por qué no habían podido expulsar el demonio del joven, el Maestro les respondió: «Por la poca fe que tienen. Les aseguro que, si tienen fe tan pequeña como un grano de mostaza, podrán decir a esta montaña: "Trasládate de aquí para allá", y se trasladaría. Para ustedes nada sería imposible». Luego en Lucas 17:6, Jesús le dice a Sus discípulos: «Si ustedes tuvieran una fe tan pequeña como un grano de mostaza, podrían decirle a este árbol: "Desarráigate y plántate en el mar", y les obedecería.» Haciendo uso del inusual grano de mostaza como ejemplo, Jesús habla metafóricamente del incalculable poder de Dios que se activa en la vida de aquellos que tienen verdadera fe.

Sabemos que esta declaración sobre mover montañas y desarraigar árboles por la fe no es para interpretarla literalmente. La clave para entender estos pasajes es la naturaleza de la fe, que es un don de Dios. El poder de la fe manifiesta la naturaleza omnipotente de Dios que otorga fe a los Suyos. El grano de mostaza es de los más pequeños que existen en el Medio Oriente, es decir que en conclusión, la cantidad de fe necesaria para realizar cosas grandiosas es en definitiva muy pequeña. Tal como en la parábola del grano de mostaza, Jesús utiliza una retórica hipérbole para subrayar que lo poco es mucho cuando proviene de Dios. En la parábola, el grano de mostaza termina siendo un gigantesco árbol, que representa los pequeños inicios del cristianismo en los que solo unos pocos discípulos comenzaron a predicar y enseñar el Evangelio. Con el tiempo, el reino creció a proporciones inmensas, abarcando todo el mundo y difundiéndose durante siglos.

Lo mismo ocurre con una infinitésima medida de fe, cuando es verdadera fe y proviene de Dios, crece a proporciones enormes en la vida de los creyentes y afecta la vida de todas las personas con las que entran en contacto. Con solo leer los relatos de personas de gran fe, como el libro de los mártires de Fox (Foxe’s Book of Martyrs), entendemos que estas personas realizaron portentos sobrehumanos gracias a que en algún momento tuvieron fe del tamaño de un grano de mostaza.  Tomado de gotquestions.org

El potencial de un grano

Lamentablemente muchas traducciones modernas hablan de la fe «del tamaño de un grano de mostaza», pero la Biblia en realidad dice que el reino de Dios y la fe son «como un grano de mostaza».

El tamaño de un grano de mostaza es solo una de sus características, y no necesariamente la más importante.

La planta de mostaza es una hierba de rápido crecimiento anual, crece hasta medir 3 o 4 metros en solo unos pocos meses. Era la semilla más pequeña que plantaban los judíos en sus huertos, por lo que lo llamaban el grano más pequeño. Pero una vez que crecía, era la planta más grande del huerto.

El grano de mostaza es un ejemplo impactante del potencial de un grano. Aunque comienza siendo pequeño e insignificante, se convierte rápidamente en una bendición para otros.

Consideremos ahora algunas características de los granos aparte de lo pequeños que son. Una semilla no hace nada hasta que se planta. Pareciera ser que Jesús nos dice que la fe se planta al hablar. «Si tienen fe como un grano de mostaza, podrán decir…» Es decir que para tener fe como un grano de mostaza, debemos decir algo. Decir lo que Dios dice en Su Palabra es la mejor de las opciones.

Una simiente hasta puede empujar rocas y otros obstáculos, pero no lo hace instantáneamente. Un grano no desplaza impedimentos de manera explosiva, sino mediante una expansión incesante de crecimiento que empuja continuamente hacia arriba y hacia fuera. A medida que una semilla se convierte en planta, sigue consumiendo nutrientes de su fuente, y por lo tanto sigue creciendo más grande y fuerte, desplazando impedimentos a la fuerza.

Ninguna semilla se ve afectada por lo que hacen las otras. Aunque otras mueran, ella sigue adelante. El grano es persistente, nunca se da por vencido. Solo la muerte detiene su crecimiento y su proceso de producción de frutos. Esta es quizás la característica más importante del grano de mostaza: ¡nunca se da por vencido!  Tomado de adevotion.org

Cómo adquirir una fe como un grano de mostaza

Jesús utiliza el grano de mostaza para ilustrar el tipo de fe que nos hace falta porque el pequeño grano de mostaza crece mucho, Mucho, MUCHO más grande que su tamaño original. Es decir, se supone que nuestra fe debe crecer… y mucho.

Nuestra iniciación al concepto de la fe es pequeña. Es una fe que proviene de escuchar y creer la Palabra de Dios. Pero después, la única manera de que crezca nuestra fe es si la ponemos en práctica. Una fe como un grano de mostaza es una fe que no se conforma siendo pequeña; es más bien una fe que se sumerge en la tierra de la Palabra de Dios, se arraiga y crece, crece y crece…  Darla Noble

Fe como un grano de mostaza que mueve montañas

Muchos ejemplos de la Biblia recalcan la importancia de las pequeñeces. Una piedrecita derribó a un gigante; un cortecito de pelo estuvo a punto de costar el reino; un almuerzo de nada le costó a un profeta la vida; un pesebrito cambió la suerte de la humanidad; ¡y un acuerdo de nada produjo la muerte del Salvador, para que una fe como un granito de mostaza pudiera mover montañas! ¡Me pregunto cuántas montañas se habrán dejado de mover por falta de ese granito de fe!

La Biblia nos dice que no «menospreciemos el día de las pequeñeces», como por ejemplo un talento, cinco panes y dos peces, una decisión errónea en el Huerto del Edén, una embarcacioncita en un diluvio universal, una torrecita en Babel —que desde entonces ha causado confusión en todo el mundo e incontables guerras entre las naciones—, una promesita a Abraham que llevaría bendición al mundo entero, un hombre insignificante que subió a una montaña y llevó las leyes morales de Dios al mundo entero, un pastorcillo que llegó a ser rey y cambió el curso de la historia, un puñado de harina y unas gotas de aceite que ayudaron a subsistir al profeta de Dios, a su anfitriona y al hijo de ésta durante tres años de hambre, mezclados con obediencia.

A lo largo de la historia, hay tantos ejemplos de la importancia de las pequeñeces, tanto para bien como para mal, que son casi innumerables. De gotitas de agua y granitos de arena el ancho mar y la tierra se llenan. Hasta un poquitín de fe, no mayor que un grano de mostaza, puede mover un monte

Nunca pienses que como hay tanta oscuridad no vale la pena tener una lucecita pequeña,

¡porque en la oscuridad, se ve una vela hasta a un kilómetro de distancia!  

Fuente: https://anchor.tfionline.co

lunes, 9 de agosto de 2021

Ex-científica de la OMS denuncia un plan para despoblar y controlar el mundo

La Dra. Astrid Stuckelberger

Investigadora y profesora durante 25 años en la Facultad de Medicina de la Universidad de Ginebra y de Lausana, eminente  ex científica de la OMS para la Salud Pública Internacional, advierte sobre un  plan para despoblar y controlar el mundo utilizando como excusa la Covid-19 para someter a las personas a través del miedo y la vacunación perpetua.

Como publica The BL, Stuckelberger involucra en su hipótesis a un pequeño grupo de multimillonarios, incluido Bill Gates; así lo explica en una entrevista (publicada el 5 de junio) que le realizara el Dr. Reiner Füllmich. Como sabemos, el abogado alemán preside el Comité Corona y junto a su equipo sigue investigando quiénes son los responsables del golpe global que está sufriendo la humanidad y que ya ha generado tanto  pérdidas de vidas como daños físicos, psicológicos, sociales y económicos.

El plan de ese grupo de personas iría muy lejos: “Están tratando de bloquear las libertades de las personas, lo cual es realmente perturbador”, dice Stuckelberger, que agregó que “quieren aniquilar cualquier pensamiento, emoción y cognición”. “Porque están cerrando iglesias, están impidiendo lo que hace más espiritual a la gente, están persiguiendo a todos los médicos que usan terapias naturales, e incluso en Suiza, están dejando que los médicos practiquen, pero no los que curan con medicinas naturales”, reitera la científica.

Stuckelberger añade en el vídeo: “Quieren aniquilarnos; los que sobrevivan con el cerebro completamente disfuncional serán obedientes. Incluso quieren inyectar las nanotecnologías bajo la piel, imponiendo el pasaporte de las vacunas”.

Asimismo, se refiere al plan de la Universidad Johns Hopkins para posibles pandemias, proyectado para los años 2025 y 2028. La Universidad lo describe en los siguientes términos: “Pandemia SPARS 2025-2028. Los pasos de este proceso incluyen decidir un marco de tiempo, identificar posibles incertidumbres críticas y luego usar este marco para construir una historia que cubra las fases de respuesta y recuperación de un evento de emergencia ficticio”, describe en un documento.

La Dra. Astrid Stuckelberger indica, además, que estamos ante la peor pesadilla, “una pandemia eterna”, unida a un miedo perpetuo y a vacunaciones perpetuas. Y lo están haciendo justo delante de nuestras narices.

Las apreciaciones de esta investigadora son compartidos por otros científicos que también han advertido sobre los riesgos que el manejo irregular del llamado Virus del Partido Comunista chino podría implicar para la población mundial, desde diferentes perspectivas.

Entre ellos se encuentra el virólogo alemán Dr. Geert Vanden Bossche, uno de los especialistas en vacunas más experimentados del mundo, quien afirma : “Cualquiera que tome la vacuna COVID [Virus CCP] está destruyendo su sistema inmunológico innato”.

Además, el especialista alemán en microbiología y epidemiología, el Dr. Sucharit Bhakdi, enfatizó los peligros de la controvertida ‘vacuna’ cuando se administra a niños. Él dijo : “No inyecten a los niños porque no tienen absolutamente ninguna posibilidad de defenderse a sí mismos, si le da a su hijo estas ‘vacunas’, está cometiendo un delito”.

Fuente: https://conciencialibre.com

viernes, 23 de julio de 2021

Qué pensaba Jesús de los ricos?

 ¿Cómo actuaba frente a ellos? 

¿Les obligaba a dar todo su dinero a los necesitados? ¿Les aconsejaba lo que debían hacer con sus posesiones?

Jesús, al invitar a renunciar a las riquezas, ¿apunta hacia la carencia, incita a ingresar en el vacío y la nada?

Jesús apunta más bien a conseguir una riqueza infinitamente mayor. Al igual que se entra desnudo en la vida, sólo se entrará desnudo en el Reino de los cielos, pues, si desnudo se nace, desnudo se renace. Sólo quien se ha despojado de riquezas, de ambiciones, de poderes, de falsas ilusiones, de odios y revanchas, podrá entender mejor las riquezas del cielo. Jesús no viene a empobrecer al hombre, pero sí a sustituir una riqueza pasajera por la gran riqueza de Dios.

Todos los bienes materiales son regalos de Dios, nuestro Padre. Debemos usarlos en tanto cuanto nos lleven a Él, con rectitud, moderación, desprendimiento interior. Al mismo tiempo, son medios para llevar una vida digna y para ayudar a los más necesitados. Lo que Jesús recrimina es el apego a las riquezas, y el convertirlas en fin en sí mismas.

Hay expresiones de Jesús en los Evangelios bastante desconcertantes sobre las riquezas y sobre los ricos: "Hijos, cuán difícil es entrar en el Reino de Dios para los que confían en las riquezas. Más fácil es que pase un camello por ojo de una aguja, que un rico entre en el reino de Dios" (Mc 10, 24). O aquella otra frase: "No podéis servir a Dios y a Mamón".

 ¿Jesús desprecia las riquezas, las condena? ¿Excluye de su Reino a los ricos?

Jesús ante los bienes materiales.

Jesús era una persona pobre. Nace de una familia sin grandes recursos y en condiciones pobres. Incluso no pudieron ofrecer un cordero, por falta de recursos (Lc 2, 24).

No almacena bienes y sabe vivir de la Providencia de su Padre (Mt 8, 20; Lc 9, 58). Es más, las cosas son para Jesús una obra del Padre. Brotaron de la mano amorosa y providente de su Padre.

Y cuando llama bienaventurados a los pobres (Mt 5, 3), está llamando felices a quienes son desprendidos interiormente, aquellos que ponen toda su confianza en Dios, porque todo lo esperan de Él. Pobre es sinónimo del que tiene el corazón vacío de ambiciones y preocupaciones; de quienes no esperan la solución de sus problemas sino de solo Dios. Y pobreza en la Biblia es sinónimo de hambre, de sed, de llanto, de enfermedad, trabajos y cargas agobiantes, alma vacía, falta de apoyo humano.

Jesús era pobre en ese sentido: apoya su vida en Dios, su Padre. Gracias a esa libertad interior, Jesús puede disfrutar de los bienes moderada y alegremente. Es tan libre que está por encima de las apetencias, ansiedades y vanidades. Por eso sabe gozar de las cosas y, a la vez, prescindir de ellas para seguir su misión y su preferencia por Dios Padre. Goza de un banquete (Lc 7, 36-49; Jn 2, 1-12), pero también se priva de lo material cuando se lo pide su misión (Jn 4, 31-32). Disfruta preparando un almuerzo a sus íntimos (Jn 21, 9-12); les defiende cuando los fariseos les acusan de arrancar espigas, pues tenían hambre .

Pero no vive en la miseria. Tiene su vida asegurada, pues en el grupo de los apóstoles había una bolsa común . Compraban alimentos y se hacían limosnas con parte de los bienes. Es decir, Cristo tiene bienes y los administra. Participa en banquetes y fiestas y sabe cooperar con vino generoso en las bodas de Caná (Jn 2, 1). Y estos mismos goces sanos los desea para los demás. De ahí su hermoso y gratuito gesto de la multiplicación de los panes y peces (Jn 6, 1-15).

Acepta regalos, incluso costosos (Jn 12, 1-8).

Y, sin embargo, Cristo alcanza con su gloriosa resurrección la máxima riqueza que va a distribuir a todos (Mt 28, 18). Sigue siendo pobre porque no posee las riquezas materiales, sino las de Dios.

¿Cuál fue, entonces, la postura de Jesús frente a los bienes materiales? La enseñanza central de Cristo en lo económico es ésta: relativización del dinero. A Jesús le interesa mucho más cómo se usa lo que se tiene que cuánto se tiene y, sobre todo, le importa infinitamente más lo que se "es" que lo que se tiene. Jesús quiere dar a entender que la verdadera riqueza es la interior, la del corazón. La riqueza material nos debe ayudar a ser ricos en generosidad, desprendimiento y solidaridad.

Al decir que Jesús consideraba las riquezas como relativas, no significa que Jesús fuera un adorador romántico de la pobreza, en sentido material. No es que Jesús quiera la pobreza material, que se convierta en miseria. No. Por eso, su mensaje es bien claro: todos somos hermanos y debemos compartir lo que tenemos, para que nadie sufra esa pobreza material. Si no tenemos caridad no somos nada.

La postura de Jesús frente a las riquezas es de una gran libertad interior. Jesús no está apegado a ellas, no está esclavizado a ellas, no está obsesionado por ellas. Vive la pobreza como ese desapego interior de todo. Por eso, Jesús insiste en que lo material es perecedero y lo sobrenatural es eterno. Así se entiende por qué no toma posición ante quien le pide juicio sobre lo material (Lc 12, 14).

La cruz descubre profundamente el valor que Jesús concede a las cosas materiales y terrenas. Para salvar a los hombres y cumplir la misión confiada por su Padre, dio todo cuanto tenía. Jesús en la cruz es pobre de cosas, pero es rico en amor, perdón, misericordia, obediencia. 

Jesús ante los ricos

Cuando decimos que Jesús prefiere como amigos a los pobres no estamos diciendo que excluya a los ricos. Jesús, enemigo de toda discriminación, no iba Él a crear una más. En realidad, Cristo es el primer personaje de la historia que no mide a los hombres por lo económico sino por su condición de personas.

Es un hecho que no faltan en su vida algunos amigos ricos con los que convive con normalidad. Si al nacer eligió a los pastores como los primeros destinatarios de la buena nueva, no rechazó, por ello, a los magos, gente de recursos y sabia. Y si sus apóstoles eran la mayoría pescadores, no lo era Mateo, que era rico y tenía mentalidad de tal. Y Jesús no rechaza invitaciones a comer con los ricos; acepta la entrevista con Nicodemo, cuenta entre sus amigos a José de Arimatea, tiene intimidad con el dueño del cenáculo, gusta de descansar en casa de un rico, Lázaro, y, entre las mujeres que le siguen y le ayudan en su predicación figura la esposa de un funcionario de Herodes. Tampoco rehúsa el ser enterrado en el sepulcro de un rico.

Jesús ama a todos: pobres y ricos. Conocemos su relación con Simón, el fariseo (Lc 7, 36), y con Nicodemo, doctor de la Ley (Jn 3, 1). El rico José de Arimatea es mencionado expresamente entre sus discípulos (Mt 27, 57). En sus viajes le seguían "Juana, mujer de Cusa, procurador de Herodes, Susana y otras muchas que le servían con sus bienes" (Lc 8, 3). Por lo que podemos juzgar, sus apóstoles no pertenecían a las más bajas clases sociales, sino como Jesús mismo, a la clase media.

Más que a las riqueza en sí o a los ricos, Jesús combate la actitud de apego frente a esas riquezas. Jesús veía en la mayor parte de los fariseos y saduceos, representantes de la clase rica y dirigente del país, las funestas y alarmantes consecuencias del culto a Mamón. Lo que les impedía seguirle, manteniéndoles alejados del reino de los cielos, no era la riqueza en sí, sino su egoísmo duro, su orgullo, su apego a ella, a sus privilegios.

Cuando Jesús llama la atención a los ricos es porque el rico, apegado a las riquezas, no siente necesidad de nada, pues lo tiene todo y no desea que cambien las cosas para seguir en su posición privilegiada. A quien le falta siente nostalgia de Dios y le busca.

Es un hecho que Jesús frente al pobre y necesitado lo primero que hacía era la liberación de su problema o dolencia, y sólo después venía la exigencia de conversión. Mientras que, frente al bien situado y rico, lo primero que le pedía era la exigencia de conversión y, sólo cuando esta conversión se manifestaba en obras de amor a los demás, anunciaba la salvación para aquella casa ( Lc 19, 1-10).

Por eso Jesús no condena al rico, ni al pobre. Pide a todos que se pongan al servicio de los demás. Para Jesús el verdadero valor es el servicio. Por lo mismo, la salvación del pobre no será convertirle en rico y la del rico robarle su riqueza, sino convertir a todos en servidores, descubrir a todos la fraternidad que cada uno ha de vivir a su manera.

Juicio de Jesús sobre las riquezas.

No obstante lo dicho, Jesús anuncia del peligro y riesgo de las riquezas. Aquí la palabra de Jesús no se anda con rodeos. Para Jesús la riqueza, como vimos, no es el mal en sí, pero le falta muy poco. La idolatría del dinero es mala porque aparta de Dios y aparta del hermano. Así se explican las palabras de Jesús: no se puede amar y servir a Dios y a las riquezas (Mt 6, 24; Lc 16, 13); la preocupación por la riqueza casi inevitablemente ahoga la palabra de Dios; es sinónimo de "malos deseos" (Mc 4, 19). El que atesora sólo riquezas para sí es sinónimo del condenado ( Lc 12, 21). Cuando el joven rico no es capaz de seguir a Cristo es porque está atrapado por la mucha riqueza (Lc 18, 23).

La crítica de Jesús al abuso de la riqueza se basa, efectivamente, en el poder totalizador y absorbente de ésta. La riqueza quiere ser señora absoluta de aquél a quien posee. Por eso, Jesús pone en guardia sobre la salvación del rico. Será difícil la salvación de aquel que haya vivido sólo para la riqueza, de la riqueza, con la riqueza, despreocupado del amor a Dios y al prójimo. Haría falta un verdadero milagro de Dios para que consiga la salvación.

Esta es la razón por la que el rico tiene que "volver a nacer", como sucedió a Zaqueo; tiene que compartir, si quiere salvarse, cosa que no hizo el rico Epulón (Lc. 16, 19-31); tiene que aceptar la invitación de Dios al convite de la fraternidad y no hacer oídos sordos, como hicieron los egoístas descorteses, que prefirieron sus cosas y por eso no entraron en el banquete del Reino (Lc 14, 15-24).

¿Se salvará o no se salvará el rico? Si abrimos san Mateo, capítulo 25, 31-46, podemos concluir lo siguiente: Se salvará -rico o pobre- el que haya dado de comer, de beber, el que haya consolado al enfermo, el que haya tenido piedad con sus hermanos. Y se condenará -rico o pobre- el que haya negado lo que tiene, mucho o poco, a los demás.

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