Busqué a Jehová, y él me oyó y me libró de todos mis temores.
Los que miraron a él fueron alumbrados y sus rostros no fueron avergonzados.
Este pobre clamó, y le oyó Jehová, y lo libró de todas sus angustias.
El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen. Y los defiende.
Gustad, y ved que es bueno Jehová; dichoso el hombre que confía en él.
Temed a Jehová, vosotros sus santos,
Pues nada falta a los que le temen. Los leoncillos necesitan, y tienen hambre;
pero los que buscan a Jehová no tendrán falta de ningún bien.
Fuente: Salmo 34