Este blog rinde honor y alabanza al Dios de nuestra salvación a Jesucristo el Señor.

domingo, 12 de julio de 2020

La Victoria sobre Satanás

Los cristianos pueden ser vencedores


La razón por la cual la vida cristiana es una guerra es que tenemos un enemigo terrible que busca destruirnos LA VIDA CRISTIANA es una vida de guerra. Somos llamados a ser buenos soldados del Señor Jesucristo y a "militar la buena milicia". La razón por la cual la vida cristiana es una guerra es que tenemos un enemigo terrible que busca destruirnos. Ese enemigo es Satanás. La Biblia nos advierte: Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar (1 Pedro 5:8).

Nuestro enemigo: Satanás

Satanás se llama "el príncipe de la potestad del aire" Originalmente Satanás fue creado como un ángel bello y sabio que se llamaba Lucifer, pero el orgullo entró en su corazón y se rebeló contra Dios. Muchos de los ángeles del Cielo siguieron a Satanás en su rebelión contra Dios.
Satanás se llama "el príncipe de la potestad del aire" porque él y sus ángeles caídos habitan ahora en la atmósfera sobre la tierra. Aunque no los podemos ver, Satanás y sus ángeles caídos son los verdaderos enemigos del Hijo de Dios. La Biblia dice: Porque no tenemos lucha contra sangre y carne; sino contra principados, contra potestades, contra señores del mundo, gobernadores de estas tinieblas, contra malicias espirituales en los aires (Efesios 6:12).

Cómo trabaja Satanás

Satanás y sus espíritus malignos pueden hacer muchas cosas milagrosas El propósito de Satanás es el de destruir a la gente. El Señor Jesús dijo que éste era "homicida desde el principio". Satanás tiene muchas maneras de destruir a la gente, pero sus armas principales son el engaño y la mentira.

SATANÁS ENGAÑA a la gente para hacerles creer que todo lo sobrenatural viene de Dios. Pero no todos los "milagros" son de Dios. Satanás y sus espíritus malignos pueden hacer muchas cosas milagrosas que están más allá del poder del hombre. Jesús dijo que vendrán falsos profetas en los días postreros y engañarán a mucha gente con "grandes señales y milagros".
Y no comuniquéis con las obras infructuosas de las tinieblas (Efesios 5:11).

SATANÁS PONE OBSTÁCULOS a la obra de Dios. Cuando se predica el Evangelio, allí está Satanás para sembrar la duda y la incredulidad en las mentes de los que escuchan.

SATANÁS OPRIME a los cristianos. Pone pensamientos de duda, temor y desaliento en sus mentes. Trata de desanimarles para que no vivan para Dios.

SATANÁS TIENTA a los cristianos para que cometan pecados terribles. Trata de engañarles para que crean que no es malo que ellos hagan todo eso. Usa las cosas del mundo para que alejen sus corazones de Dios y no hagan Su voluntad. Trata de evitar que entreguen su vida entera a Dios.

En esta lección consideraremos la poderosa victoria de Cristo sobre este enemigo terrible, Satanás. Veremos cómo la victoria de Cristo es también nuestra victoria.

Por qué Cristo vino

LA CRUZ ES EL LUGAR donde Cristo redimió a los hombres del poder de Satanás El Señor Jesucristo vino al mundo para destruir las obras del diablo. La Biblia dice:Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo (1 Juan 3:8). LA CRUZ ES EL LUGAR donde Cristo redimió a los hombres del poder de Satanás. Satanás mantenía cautivos a los hombres por causa del pecado; pero en la cruz el Señor Jesús pagó por nuestros pecados. Él puso fin a todos los derechos de Satanás sobre nosotros. Los hombres ahora pueden escoger a quien servir. Los que escogen a Jesucristo como su Señor son librados del poder de Satanás. La Biblia dice: Dando gracias al Padre… que nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo (Colosenses 1:12-13).

Pero al tercer día resucitó de la tumba con un triunfo poderoso sobre Satanás y las potestades de las tinieblas LA CRUZ ES TAMBIÉN EL LUGAR donde Satanás fue derrotado. La Biblia dice que el Señor Jesús tomó nuestra naturaleza sobre Sí mismo…para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo (Hebreos 2:14). Cuando el Señor Jesús murió en la cruz, parecía como si los poderes de las tinieblas hubieran obtenido la victoria sobre Él. Pero al tercer día resucitó de la tumba con un triunfo poderoso sobre Satanás y las potestades de las tinieblas.

El Señor Jesús apareció en la tierra por un período de 40 días después de Su resurrección. Antes de ascender al cielo, Él dijo:

TODA POTESTAD me es dada en el cielo y en la tierra (Mateo 28:18).

¡Las potestades de las tinieblas fueron derrotadas! El Señor Jesús volvió al Cielo Vencedor sobre todas las potestades de las tinieblas Satanás y sus espíritus malvados fueron despojados de toda su autoridad. El Señor Jesús volvió al Cielo Vencedor sobre todas las potestades de las tinieblas, desacreditándolas públicamente. La Biblia dice: Y despojando (venciendo) a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos… (Colosenses 2:15).
QUÉ ESPECTÁCULO MÁS ADMIRABLE debe haber sido éste en el mundo espiritual invisible cuando el Señor Jesucristo volvió al Cielo Vencedor poderoso de Satanás y de las potestades de las tinieblas.

Cristo fue glorificado

El Padre dio la bienvenida a Su amado Hijo al hogar en la gloria y le dio el sitio más elevado de poder y honor. Jesucristo fue colocado en el mismo trono del cielo, sobre todas las potestades de las tinieblas. La Biblia dice: (Dios) operó en Cristo, resucitándole de los muertos, y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo principado, y autoridad, y poder, y señorío… (Efesios 1:20-21).

La Victoria de Cristo es nuestra victoria

Dios resucitó a Cristo y lo colocó a Su misma diestra y nos resucitó con Él. Ahora bien, aquí hay una verdad maravillosa: ¡La victoria de Cristo sobre las potestades de las tinieblas es nuestra victoria! Lo que hizo Cristo, lo hizo como nuestro representante. Participamos en Su muerte, participamos en Su entierro, participamos en Su resurrección y, ¡compartimos también Su victoria sobre Satanás! Dios resucitó a Cristo y lo colocó a Su misma diestra y nos resucitó con Él. La Biblia dice: Y juntamente con él (Dios) nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús (Efesios 2:6). ¿Cuál es nuestra nueva posición espiritual? Estamos sentados con Cristo sobre todas las potestades de las tinieblas. Los que estamos en Cristo estamos sentados con Él en aquella posición de poder y victoria "sobre todo". ¡Compartimos Su trono!

EL COMPARTIR EL TRONO DE CRISTO quiere decir compartir Su autoridad. Se nos ha dado autoridad sobre toda fuerza del enemigo. El Señor Jesús dijo a Sus discípulos: He aquí os doy potestad… sobre toda fuerza del enemigo… (Lucas 10:19).

TENER AUTORIDAD de Cristo quiere decir que poseemos el derecho de actuar como Sus representantes. Podemos hablar y actuar en Su nombre.

HAY UNA DIFERENCIA entre "poder" y "autoridad"
Un camión tiene poder (fuerza motriz), pero un policía tiene autoridad. Detrás del policía está la autoridad del gobierno de la ciudad, y el chofer del camión reconoce eso y lo obedece. Satanás y sus espíritus malvados tienen poder, pero Cristo nos ha dado autoridad. Si permanecemos en Cristo, podemos hablar en Su nombre, y las potestades de las tinieblas tienen que obedecernos. Ellas reconocen que detrás de nosotros está la autoridad de Cristo mismo.

La batalla no ha terminado

Fortaleceos en el Señor, y en el poder de Su fuerza Satanás es un enemigo vencido. Un día él y sus espíritus malvados serán lanzados a un lago de fuego, y nunca volverán a molestarnos más. Pero mientras tanto, Satanás está muy activo y va como "león rugiente" tentando, engañando y destruyendo. Ningún hijo de Dios es capaz por sí mismo de contender con este enemigo terrible. Sólo mediante Jesucristo podemos vencerle. La Palabra de Dios nos dice: Fortaleceos en el Señor, y en el poder de Su fuerza (Efesios 6:10).
No debemos sentirnos fuertes en nosotros mismos, sino debemos ser fuertes en el Señor. Cristo es el Vencedor de Satanás, y debemos ser fuertes en Él.

Los vencedores de Dios

El libro del Apocalipsis habla de los "vencedores": Los que vencieron a Satanás. La Biblia nos dice el secreto de cómo le vencieron. Es un secreto triple Y ellos le han vencido (a Satanás)
(1) por la sangre del Cordero,
(2) y por la palabra de su testimonio;
(3) y no han amado sus vidas hasta la muerte (Apocalipsis 12:11).

Consideremos cada una de estas tres cosas y veamos cómo podemos usarlas para vencer a Satanás.

La Sangre del Cordero

Mediante la sangre del Señor Jesús podemos vencer las acusaciones de Satanás
Satanás es engañador y homicida, y uno de sus ataques principales contra los cristianos es acusarles. Él se llama el "acusador de los hermanos". Nos acusa ante Dios y nos acusa en nuestra mente. Nos dice que somos muy malos. Nos dice que somos débiles y pecaminosos y que siempre seremos así.

¿CUÁL ES NUESTRA DEFENSA CONTRA LAS ACUSACIONES DE SATANÁS?

Nuestra defensa es "la sangre del Cordero". Mediante la sangre del Señor Jesús podemos vencer las acusaciones de Satanás. Podemos decir a Satanás: "Sí, soy pecaminoso, pero la sangre de Jesucristo, el Hijo de Dios, me limpia de todo pecado".

La Palabra de su Testimonio

¡Jesucristo es el Señor! ¡Jesucristo es el Vencedor! ¡Jesucristo es Rey! Dios nos ha dado "la sangre del Cordero" como nuestra defensa contra las acusaciones de Satanás. También nos da un arma para usar contra el mismo Satanás. Esa arma es "la palabra de nuestro testimonio". Eso quiere decir que podemos declarar a Satanás las grandes realidades de la victoria de Cristo sobre él.
Podemos decir a Satanás: "¡Tú estás vencido! ¡Jesucristo es el Señor! ¡Jesucristo es el Vencedor! ¡Jesucristo es Rey! Yo soy uno con Él". Estas son grandes realidades y Satanás no puede refutarlas. Él sabe que son verdad.

No han amado sus vidas
Si hemos de vencer a Satanás, no debemos amarnos a nosotros mismos. Si nos amamos, seremos vencidos. Pero no tenemos que dejar que el "Yo" reine sobre nosotros. Fuimos crucificados con Cristo para que ya no viviéramos por nosotros mismos sino por Él, que murió por nosotros. Podemos decir con el Apóstol Pablo:

Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí... (Gálatas 2:20).

Podemos decir ¡No! al pecado, al Yo, a la carne, al mundo y a Satanás mismo.

Por nuestra muerte, sepultura y resurrección con Cristo, hemos sido librados del poder de todo enemigo. Podemos decir ¡No! al pecado, al Yo, a la carne, al mundo y a Satanás mismo. No solamente nos ha librado el Señor Jesús del poder de nuestros enemigos, sino el mismo Cristo victorioso y resucitado vive en nosotros. ¡Podemos ser vencedores! La Biblia dice:

Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque (Cristo) mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo (Satanás) (1 Juan 4:4).

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