Este blog rinde honor y alabanza al Dios de nuestra salvación a Jesucristo el Señor.

sábado, 26 de noviembre de 2016

Amor a los deleites del mundo.

Muchos hoy en día se extravían del camino de Dios o se olvidan del Señor por amar mas los deleites que ofrece el mundo. La diversión, los placeres carnales, las cosas sentimentales, los pasatiempos… etc.


Todo lo cual ya estaba escrito que habría de suceder a gran escala.

La gente estaría llena de egoísmo y avaricia; serían jactanciosos, arrogantes, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, insensibles, implacables, calumniadores, libertinos, despiadados, enemigos de todo lo bueno, traicioneros, impetuosos, vanidosos y más amigos del placer que de Dios. (2Timoteo 3:2-4)

Hay personas que fingen ser “amantes de Dios” y llevan una doble vida como cristianos, dentro de la iglesia actúan como el Señor manda y afuera se deleitan en las cosas del mundo. Dios es un Dios lleno de amor, pero hay un tipo de amor que a el le desagrada y es el AMOR A LAS COSAS DEL MUNDO. No amen al mundo ni nada de lo que hay en él. Si alguien ama al mundo, no tiene el amor del Padre. Porque nada de lo que hay en el mundo los malos deseos del cuerpo, la codicia de los ojos y la arrogancia de la vida proviene del Padre sino del mismo mundo. El mundo se acabará con sus malos deseos, pero el que haga la voluntad de Dios permanecerá para siempre. (1Juan 2:15-17)

El Mundo en la Biblia es todo lo “Anti-Dios”. Son los deseos y placeres humanos que no le agradan a Dios y por lo tanto vendrían siendo pecados. El Apóstol Juan nos hace ver tres cosas. No debemos amar al mundo (deseos pecaminosos) ni lo que hay en el. Un cristiano que ama al mundo no conoce al Padre realmente. El verdadero hijo de Dios se aparta lo mas que puede del mundo. Muchos hacen ver a Dios y a Cristo como una “Religión” no una “Relación”. Hay personas que aman mas lo que tienen y lo ponen por encima de Dios.

1. El mundo solo ofrece un intenso deseo por el placer físico.

Me dije entonces: Vamos, pues, haré la prueba con los placeres y me daré la  gran vida. ¡Pero aun esto resultó un absurdo! A la risa la considero una locura; en cuanto a los placeres, ¿para qué sirven?   (Eclesiastés 2:1-2) Todo lo que no le agrada a Dios alimenta nuestra carne como por ejemplo: Las inmoralidades sexuales, la comida en exceso, la mala diversión, las fiestas mundanas, los bailes sensuales, la música que ofende a Dios y la vanagloria a los hombres etc.
Muchas personas solo ven a Dios como su “Pañuelo de Lagrimas” y solo lo buscan cuando tienen problemas o como el “Genio de la Lámpara” solo para que conceda sus deseos y no lo complacen.

¿Estaremos amando mas a los deleites que a Dios?

2. El mundo solo ofrece un deseo insaciable de todo lo material que se ve.

Aleja de mí la falsedad y la mentira; no me des pobreza ni riquezas sino sólo el pan de cada día. Porque teniendo mucho, podría desconocerte y decir: "¿Y quién es el Señor?" Y teniendo poco, podría llegar a robar y deshonrar así el nombre de mi Dios. (Proverbios 30:8-9) Algunos aman mas a las cosas materiales antes que a Dios, por ejemplo: El dinero, su casa, el celular, el televisor, algún objeto de valor etc. Dios nos manda a estar agradecidos con lo que tengamos, ya que hay otros en peores condiciones que anhelarían tener lo que nosotros tenemos. Como dice el verso: Si llego a tener mucho podría olvidarme de Dios y si tengo poco podría llegar a pecar por conseguir lo material.

¿Amas las cosas materiales antes que a Dios?

3. Los deleites del mundo me alejan y me hacen dejar de amar a Dios.

(Los hombres son) traicioneros, impetuosos, vanidosos y más amigos del placer que de Dios. (2Timoteo 3:4) Los deleites del mundo estorban en mi crecimiento espiritual. La (semilla) que cayó entre espinos, éstos son los que oyen, pero yéndose, son ahogados por los afanes y las riquezas y los placeres de la vida, y no llevan fruto. (Lucas 8:14) Los deleites del mundo cuando los amas te esclavizan. En otro tiempo también nosotros éramos necios y desobedientes. Estábamos descarriados y éramos esclavos de todo género de pasiones y placeres. Vivíamos en la malicia y en la envidia. Éramos detestables y nos odiábamos unos a otros. (Tito 3:3) Los deleites del mundo son pecaminosos y temporales. (Moisés) Prefirió ser maltratado con el pueblo de Dios a disfrutar de los efímeros placeres del pecado. (Hebreos 11:25) Los deleites causan conflictos y motivaciones incorrectas.

¿De dónde surgen las guerras y los conflictos entre ustedes? 

¿No es precisamente de las pasiones que luchan dentro de ustedes mismos? Desean algo y no lo consiguen. Matan y sienten envidia, y no pueden obtener lo que quieren. Riñen y se hacen la guerra. No tienen, porque no piden. Y cuando piden, no reciben porque piden con malas intenciones, para satisfacer sus propias pasiones. (Santiago 4:1-4) El orgullo de nuestros logros y posesiones nos hace creernos grandes. El sabio tiene presente la muerte; el necio sólo piensa en la diversión. (Eclesiastés 7:4) Debido a su vanagloria (Atribuirse sus propios meritos) muchos se creen grandes e importantes debido a su popularidad o a las posesiones que tienen alimentando cada vez mas su ego y su orgullo.

¿Te crees mas que los demás? ¿No le atribuyes tus logros al Señor?

Humíllate. dejémonos de creer que valemos mucho y que somos lo máximo y arrodillémonos ante Dios. Deléitate en su presencia. Amalo y búscalo, pon a Dios como lo primero en tu vida. Deléitate en su Palabra. A Dios no le basta solo que creas en El, quiere que le obedezcas. Refúgiate en su Palabra y tus caminos serán prosperados. Quitemos de nuestras vidas el placer físico, el deseo insaciable por todo lo que vemos, y el orgullo de nuestros logros y posesiones y amemos a Dios con todo. Ningún placer debe quitarnos a Dios como prioridad. Dios te bendiga.

Fuente: http://www.blogdecristo.com