Este blog rinde honor y alabanza al Dios de nuestra salvación a Jesucristo el Señor.

viernes, 27 de junio de 2014

La codicia trae juicio

Hechos 5.1-11;  I Samuel 15:26;  Josué 7:15



¿Que sucedería si Dios juzgara a los codiciosos en la iglesia de hoy, de la misma manera que lo hizo en el caso de Ananías y  Safira?

Observaremos ejemplos bíblicos específicos de personas que cedieron a la codicia y las consecuencias que le siguieron. Recuerde que Colosenses 3:6 declara que la ira viene contra la codicia y la Biblia nos da varios ejemplos donde la ira de Dios está en contra de ciertos individuos. Como la generosidad atrae la bendición de Dios, la codicia atrae el juicio de Dios, las personas que citaremos seguidamente dan una amplia evidencia de esto.

La primer persona codiciosa que veremos será el Rey Saúl.  En 1 Samuel capítulo 15 vemos como Saúl recibe  instrucciones de Dios a través del profeta Samuel de atacar a los amalecitas y destruirlos junto a todo su ganado. Saúl logra el éxito en la batalla pero,  la codicia lo vence, y en lugar de destruir todo el ganado guarda para él lo mejor. Dios ve la codicia de Saúl y el profeta Samuel es  enviado por Dios a confrontar a Saúl por su codicia y desobediencia. 

La desobediencia de Saúl empeora, ya que comienza mintiendo y afirma haber cumplido las instrucciones de Dios ( versículo 13) y aún mucho peor, porque usa una patética excusa ‘espiritual’, diciendo que iba a sacrificar los animales a Dios.

La verdad del asunto era que, a pesar que Saúl declara que era por un propósito ‘espiritual’ por lo cual  había guardado lo mejor del ganado, él era completamente codicioso y admite esto en el versículo 24. Como resultado de su rebelión  y codicia, el juicio está sobre él y es rechazado como Rey para siempre sobre Israel. 1 Samuel 15:35 dice “ Y el Señor  se lamentaba de haber hecho Rey a Saúl sobre Israel”.  

No nos sorprende cuando los no-creyentes son codiciosos – es casi esperado de ellos, pero es malo cuando los cristianos son codiciosos y aún es intolerable cuando dan las llamadas “excusas espirituales” para justificar su codicia y egoísmo. Los pastores justifican el gasto de absurdas cantidades de dinero en torres espejadas afirmando que sus iglesias deben reflejar la gloria de Dios – claramente, para algunas personas es más importante, tener ventanas espejadas, que dar alimento a los huérfanos hambrientos.

Las iglesias gastan miles de libras en enviar sus líderes a conferencias internacionales o “lugares de avivamiento”, con el propósito de recibir un tiempo de refrigerio espiritual. Visiblemente, gastan ese  dinero para que los pastores pueden ser espectadores y  refrescarse con la ‘última experiencia de avivamiento’, y esto es más importante que gastar dinero para ver a los huérfanos refrescarse con agua limpia, con una alimentación básica y una muda de ropas limpias. 

¿No será que ninguna cantidad de excusas, puede justificar los hábitos de gasto de algunos cristianos e iglesias?  Saúl intentó y fracasó, y lo haremos también en el día del juicio cuando Jesús dé un recorte a todas esas excusas y diga “De cierto os digo, que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mi lo hicisteis” (Mateo 25:45).

La próxima persona codiciosa quien sufrió el juicio de Dios fue Acán, la historia es relatada en Josué 7. Los hijos de Israel saquearon con éxito Jericó, pero recibieron la advertencia  que debían separar  el oro y la plata  y consagrarlo a Dios y fueran traídos los tesoros al Señor. Acán desobedeció y secretamente guardó algo del oro y la plata para él, pero consideremos el resultado, la codicia de Saúl fue revelada sobrenaturalmente a Samuel y de la misma forma fue revelada a Josué – la codicia será siempre sacada a luz por los hombres y mujeres de Dios. La desobediencia de Acán resultó en que él,  junto a su familia y todas sus posesiones  fueron apedreados y quemados.  

Observemos, algo más sobre el pecado de codicia de Acán,, mientras su pecado estuvo oculto los israelitas eran derrotados por sus enemigos, el Señor le reveló a Josué que hasta que la codicia no fuese descubierta y quitada del campamento, no tendrían éxito frente a sus enemigos. 

Tristemente, en las iglesias hoy,  hay muchos Acáns, los cuales esconden el trabajo de Dios y dejan una puerta abierta al enemigo mediante su codicia y egoísmo.  ¿Es usted  un Acán de la modernidad o es un dador? ¿Es su iglesia bendecida o esconde sus asuntos financieros?  Una iglesia llena de Acáns, será devorada por nuestro enemigo el diablo, pero una iglesia llena de Josués será capaz de avanzar y tomar la tierra para Dios.

2 Reyes 5:19-27 Nos da los antecedentes de la próxima persona codiciosa que veremos en este estudio: Giezi. Luego de ser sanado de lepra, Naamán es enviado de regreso por Eliseo, pero el codicioso Giezi persigue a Naamán y utilizando mentiras y trucos le saca plata y ropa con engaño. Una vez más la codicia es revelada sobrenaturalmente por Dios a un hombre justo (Eliseo) tal como Eliseo declara, su espíritu  estaba con Giezi cuando el estaba mintiendo y engañando (versículo 26). Una vez más la codicia conduce hacia el  juicio de Dios y Giezi fue alcanzado con lepra, si este juicio fuese aplicado hoy en día  al pueblo de Dios, muchas iglesias se convertirían en leprosarios.

El Antiguo Testamento da aún más ejemplos en que la codicia atrae el juicio de Dios en 1 Samuel 25 leemos la historia de David, y de Nabal con su esposa Abigail. El versículo 3 dice que Nabal “era rudo y avaro en sus negocios”, cuando los hombres de David le piden alimento él los rechaza, como consecuencia de su  codicia y egoísmo, entonces David se prepara para atacarlo. 

Sin embargo Abigail la  esposa de Nabal, se da cuenta de la codicia de él y entrega una  provisión de comida y carne a David, evitando el  derramamiento de sangre y la pérdida de vidas, porque entendió que David  era un hombre de Dios y merecía la hospitalidad de Nabal. Abigail más tarde encuentra a Nabal, le explica lo sucedido –la historia le hace desmayar su corazón y quedo como una piedra (vers. 38) nuevamente la codicia es juzgada y Nabal, luego, es herido de muerte por Dios (vers.39).

Un ejemplo tomado del Nuevo Testamento es la horrible historia de Ananías y Safira, la cual  encontramos en Hechos  5:1-10. Previamente a la malvada acción  de este matrimonio, la iglesia  está caminando en gloria y en poder; Hechos 2:45 y Hechos 4:34 muestra que el Espíritu Santo tenía sus manos firmemente sobre la economía de la iglesia. Sin embargo Satanás buscó invadir este modelo financiero comunitario,  a través de la codicia y de un espíritu de mezquindad y Hechos 5:3 muestra que el corazón de Ananías no estaba suficientemente lleno del amor de Dios y eso permitió a Satanás llenarlo de codicia. 

Ambos mintieron, no solo a los hombres, sino que, en realidad mintieron al Espíritu Santo (vers. 3) y ambos sufrieron el terrible juicio de Dios y mueren. Nótese que nuevamente que el método que Dios usó para descubrir la codicia es revelarlo a un hombre de Dios (Pedro) y el hombre de Dios administra y llama el juicio de Dios contra Ananías y Safira.

Las historias bíblicas estudiadas en este capítulo cubren algunos de los más terribles y serios juicios de Dios que encontramos en toda la Escritura – debería ser muy urgente que cada uno que lee esto, que quite de su vida la codicia. Seguramente que a la luz de los textos en que hemos visto los contundentes juicios de Dios, debemos estar muy atentos a que la codicia no se nos deslice en nuestras vidas. 

Fuente: dci.org.uk

No hay comentarios :

Publicar un comentario