Este blog rinde honor y alabanza al Dios de nuestra salvación a Jesucristo el Señor.

viernes, 31 de agosto de 2012

Dios usa a los niños cuando los adultos no tienen visión


El último deseo de una niña calma la sed en África y salva 60 mil vidas


Rachel Beckwith no quería regalos por su noveno cumpleaños el 12 de junio de 2011. Mejor dicho, quería uno solo, pero no era para ella. Deseaba llevar agua a África. Había descubierto, a través de la escuela de la iglesia evangélica a la que asistía, que millones de niños en ese continente no llegan a los cinco años por carecer de acceso al agua potable.  No era un impulso nuevo. Ella tenía un corazón que quería resolver todos los problemas que veía a su alrededor en este mundo.Una vez, se cortó todo el pelo y lo donó para hacer pelucas para los niños con quimioterapia por cáncer. Quería reunir 300 dólares simbólicos de ayuda.  "Así que voy a celebrar mi cumpleaños como nunca antes", escribió en la web que creó en la página de la ONG  Charity:water  para recolectar el dinero. "Le pido a todos mis conocidos que donen dinero para mi campaña en vez de hacerme regalos" de cumpleaños.
El 12 de junio, día de su cumpleaños, esta niña del estado de Washington (EE UU) casi había alcanzado su objetivo. Pero una semana después Rachel sufrió un grave accidente de tráfico junto con su familia. Fue una colisión en cadena de 13 vehículos en la autopista 90 de Bellevue, cerca de Seattle. A los pocos días, murió en el hospital sin llegar a salir del coma. 
La tragedia dio entonces un giro al proyecto: el pastor de su iglesia volvió a abrir su web  y los 220 dólares que había logrado reunir hasta su cumpleaños empezaron a multiplicarse. Primero fue gente de su localidad; luego, de otros estados; más tarde, de otros países.  En poco tiempo, un mes más tarde, muchas decenas de miles de personas habían donado la friolera de 1.200.000 dólares en honor a Rachel y su sueño. 
Hoy, un año después, sumando otras campañas que en nombre de Rachel ha seguido haciendo su madre en Charity:water, se ha recaudado  según la web de esta ONG  un total de un millón cuatrocientos mil dólares .

60.000 VIDAS SALVADAS 
Hoy se puede decir que la campaña de esta niña es la más grande que jamás haya visto "Charity:water". Calculan que con 20 dólares se puede proveer a una persona de agua potable durante 20 años. Según estas cifras, Rachel ha cambiado, sacrificando su regalo de cumpleaños y, por desgracia su vida, al menos 60.000 vidas . "Su causa será un regalo de Dios para mucha gente que nunca la conocerá", reflexionaba uno de los donantes, mientras entregaba 50 dólares y montaba su propia web para reunir más dinero de sus amigos.

LA FAMILIA 
Como es de esperar,  la familia de Rachel ha huido de la atención mediática . Su madre, Samantha Paul, era la que conducía el coche el día del accidente. En él también iba su otra hija y hermana de Rachel, Sienna. Ambas sufrieron heridas leves, pero tuvieron en el fallecimiento de Rachel un golpe mucho mayor del que recuperarse. Sí se pronunció la madre de Rachel, como excepción, al poco tiempo en la web donde se hacen los donativos: "estoy sobrecogida por el abrumador cariño con el que se está cumpliendo el sueño de mi hija. En medio de un dolor inimaginable, suponéis una gran ayuda y esperanza. Estoy segura que ahora mismo Rachel estará sonriendo". Hace unos días, al cumplirse un año del fallecimiento de Rachel, su madre visitó Etiopía para conocer a algunas de las personas cuyas vidas han cambiado gracias a la generosidad de los responsables de unos donativos que una niña de 9 años logró .

Y LA IGLESIA 
Tampoco quiso hacer declaraciones tras su fallecimiento la iglesia evangélica a la que asistía la familia. Aseguraban que no querían mezclarse con la historia y el proyecto de la niña para no dar a entender que se estaba promocionando aprovechando la situación.
"Nuestro principal objetivo es que la familia no tenga que afrontar pagos desorbitados por el hospital ni por el funeral; es en lo que nos estamos centrando estos días", se limitó a explicar entonces el pastor de la iglesia,
Fuente :  Protestante Digital